Castigado por su amor romance Capítulo 1404

Sean se quedó sin habla. Habían pasado siete años desde que Grace falleció. De hecho, nunca había puesto un pie en su tumba. En primer lugar, porque Sebastian no le permitía ir. En segundo lugar, era porque si visitaba la tumba de Grace, Rose también se enojaría.

Sean solo había sugerido una vez visitar la tumba de Grace el día 100 desde su entierro. Sin embargo, Rose lloró en esa ocasión.

“Ya está muerta y tú sigues pensando en ella. ¿De verdad dejaste de fingir y te enamoraste de ella? ¡Aunque Grace está muerta, me ha derrotado! ¡El imperio que tú y yo habíamos construido con todo nuestro poder y fuerza ha sido heredado por su hijo! Pero, ¿qué hay de nosotros? ¡Uno por uno, nuestros hijos han dejado esta vida! Ahora, me he quedado sola. ¿Será que todavía quieres dejar de preocuparte por mí, una persona viva, para ir a visitar a una persona muerta? Sean, ¿sabes el gran sacrificio que he hecho por ti? En ese entonces en la Isla Estrella, ¡fue para salvarte la vida! ¿Sabes cuánto he soportado por salvarte? ¡Sean Ford! ¡Todo mi corazón está en ti! ¿Me estás intimidando ahora por estar solo?”. Rose había dicho.

Después de lo que dijo, Sean nunca volvió a hablar de visitar la tumba de Grace. Habían pasado siete años desde entonces. Nunca fue a visitar la tumba de Grace. Ahora que el Viejo Amo Shaw mencionaba este asunto, hizo que la sospecha de Sean en su mente creciera aún más. Miró al Viejo Amo Shaw aturdido, y justo cuando estaba a punto de preguntar algo, el Viejo Amo Shaw dijo entonces: “Ya que todos los chicos se han ido, también me iré”.

“Estoy desconcertado y ya no puedo distinguir el bien del mal. Ya cometía errores cuando era joven, sin mencionar ahora que soy mayor. Pensé que tenía razón cada vez, pero en realidad me he equivocado. Fue un grave error no reconocer a mi propia hija y morder las manos que me daban de comer. Traté a la hija de otra persona como un tesoro, pero dejé que mi propia hija viviera en la pobreza durante toda su vida. Al final, la hija de otra persona me pisoteó. Esto es algo que solo una persona confundida como yo puede hacer. Sin embargo, pensé que era íntegro y honorable. Por lo tanto… de ahora en adelante, nunca más intervendré en los asuntos de los jóvenes. Yo mismo soy un pecador…”.

El anciano se alejaba cada vez más. Comenzó a cojear aún más mientras caminaba. Los cuatro guardaespaldas que siempre lo seguían a su lado lo sujetaron rápidamente. Luego salieron de la antigua residencia Ford y se subieron al coche.

El Viejo Amo Shaw comenzó a llorar.

“Amo”. El guardaespaldas no podía evitar sentirse mal por él.