Resumo do capítulo Capítulo 144 de Castigado por su amor
Neste capítulo de destaque do romance Romance Castigado por su amor, Internet apresenta novos desafios, emoções intensas e avanços na história que prendem o leitor do início ao fim.
Escuchando las duras palabras de Sebastian, que claramente las había dicho para alejarla, llenó el corazón de Sabrina con un dolor inmenso, pero ella aún así forzó una sonrisa y dijo: “Eso es genial, dame cien mil, y me iré de inmediato”.
“¡Lárgate de esta ciudad!”.
“¡Definitivamente lo haré!”, replicó Sabrina, sin retractarse de sus palabras.
Sebastian se levantó y dio grandes pasos hacia afuera de la sala. Mientras caminaba, se aflojó la corbata.
¡Qué asfixiante, tanto que quería matar a alguien!
Al salir, Sebastian notó que Kingston estaba afuera de la sala.
“¿Por qué estás parado aquí?”, preguntó Sebastian.
“Joven Amo, previamente hizo planes con el banco para retirar cinco millones de su cuenta personal y entregarlos a la Señorita Scott. El banco ya lo ha preparado para usted. Me llamaron antes para preguntar cuándo quería pasar a recogerlos”. Kingston eligió sus palabras con cuidado.
“¡No hay necesidad de eso!”, respondió Sebastian con indiferencia mientras seguía caminando hacia afuera.
“¿Disculpe?”, preguntó Kingston, a pesar de que ya sabía de qué estaba hablando Sebastian.
“¡Ella no lo quiere!”.
Sin embargo, Kingston se quedó sin palabras cuando escuchó eso. Sintió pena por Sabrina.
‘¡Estúpida!’.
‘¿Por qué no querrías cinco millones?’.
‘¿Pensaste que era imposible para él darte esa cantidad de dinero?’.
‘¡Te equivocaste al asumir eso, niña!’.
“Dije que eligieras uno al azar, ¡así que hazlo!”, respondió Sebastian con impaciencia.
“Esta bien, Joven Amo Sebastian”. Por otro lado, el vendedor sabía que no debía poner a prueba su temperamento.
Kingston, que estaba en el asiento del conductor, ni siquiera se atrevió a respirar audiblemente.
“¡Al cementerio!”, le ordenó Sebastian sin rodeos.
"Está bien, Joven Amo". Kingston dio vuelta al timón y se dirigió directamente al cementerio en donde estaba enterrada Grace.
Sebastian se recostó en su asiento y cerró los ojos.
En todo lo que podía pensar era en la imagen de esa mujer rechazándolo.
¡Cinco millones! ¡Y ella no los quería!
Comentários
Os comentários dos leitores sobre o romance: Castigado por su amor