Castigado por su amor romance Capítulo 1444

Sabrina preguntó: “Jane, puedes decirme. ¿Qué es? Si tienes algún problema, dímelo de inmediato. ¡Puedo ayudarle! Confía en mí, Jane”.

El tono de Jane se volvió pesado. "En realidad, solo quería que me ayudaras a preguntarle al Señor Poole, ¿por qué exactamente me persigue?”.

Sabrina dijo: "Jane...".

Ella quería contarle a Jane que Alex no la perseguía. Que él estaba arrepentido de lo que había hecho y que la estaba buscando desesperadamente. Sin embargo, antes de que Sabrina pudiera hablar, vio a Alex, en la cama del hospital, sosteniendo sus mensajes escritos con sangre. ‘No la interrumpas. Déjala hablar primero’.

Entonces Sabrina prefirió no continuar su oración, y en su lugar le preguntó a Jane: "Jane, ¿tienes algún rencor contra Alex?".

“Él y yo realmente no tenemos rencores. Nunca he tomado un solo centavo de sus propiedades o sus preciadas joyas de oro y plata. Él me obsequió muchas, pero no las uso cuando estoy en casa. El día que el Señor Poole me echó, no tenía ni una sola joya en el cuello, en las orejas o en ningún otro lugar. Solo llevaba un brazalete en mi muñeca. Por lo tanto, les aseguro que no tomé ni una sola parte de las propiedades del Señor Poole. No tengo disputas de propiedad con él en absoluto, así que simplemente no entiendo por qué él todavía está detrás de mí”.

Después de una pausa, Jane dijo con un nudo en la garganta: “Yo… Sabrina, ya tengo treinta y seis años. Ya no soy joven. Estuve embarazada del Señor Poole varias veces. Él...no usaba ningún método anticonceptivo. A pesar de que yo tomaba pastillas después del hecho, igual salí embarazada por accidente tres veces. Debido a que interrumpí tres embarazos, mi endometrio ya está muy delgado. El doctor dijo que, si doy a luz a este niño y cuido adecuadamente mi útero, todavía tengo la posibilidad de quedar embarazada en el futuro. Si interrumpo este embarazo, nunca más podré tener hijos en el futuro. Sabrina, nunca dejaré que el niño y él se conozcan en esta vida, y prometo no causarle ningún inconveniente. Aunque tuviera que llevar al niño a pedir comida frente a él y su esposa, no dejaré que se reconozcan. Sabrina, ¿puedes hablar con el Señor Ford y pedirle que me ayude a hablar con el Señor Poole? ¿Pídele al Señor Poole que no... me persiga nunca más? ¿Puedes?”.

Hacia el final, el tono de Jane se había vuelto aún más humilde. Sabrina, al otro extremo de la línea, ya estaba llorando.