Castigado por su amor romance Capítulo 1483

Ambos conversaban mientras pasaban junto al coche de Alex. Ninguno de los dos se dio cuenta de que el hombre sentado en el coche los miraba con envidia.

Una hora más tarde, Noah y Jane regresaron al puente en el que habían estado debajo el día anterior. Noah ayudó a Jane a bajar y tomó una alfombra de picnic, junto con algunas mantas para colocarlas debajo del puente. Se dio la vuelta para mirar a Jane y dijo: "Jane, ven y siéntate encima de esto y no tendrás frío. Espérame hasta que regrese más tarde al mediodía".

Jane asintió. "Está bien. No te agotes tanto, Noah".

Noah se fue y ella se quedó sentada sola debajo del puente como una adolescente tranquila que aún no sabía nada en el mundo. Permaneció allí toda la mañana, y se levantaba a pasear de vez en cuando.

Cuando caminaba, decía: "Mi bebé, esperemos que tu papá pueda encontrar un trabajo esta mañana para que pueda ganar doscientos hoy también. Si eso sucede, nuestras vidas serán mucho mejores a partir de ahora. Mami todavía le debe algo de dinero a tu Tía Sabrina y eventualmente tendremos que devolvérselo. Sé buena, mi bebé, sé un buen niño".

Jane no apartó la mirada de su vientre durante todo el tiempo que estuvo murmurando para sí misma. La expresión de su rostro se veía tan feliz y gentil que Alex no podía evitar sentirse frustrado. ¡Ese era su hijo! ¡Ese niño le pertenecía a él, Alex Poole!

En ese mismo momento, mientras observaba a Jane caminar de un lado a otro debajo del puente mientras hablaba con su hijo por nacer, no podía soportarlo más. ¡Simplemente no podía! Sin embargo, justo cuando estaba a punto de abrir la puerta del coche para salir, el otro hombre regresó.

Noah apareció ante Jane con todo su cuerpo cubierto de tierra. Sobresaltada, Jane preguntó de inmediato: "¿Qué te pasó, Noah?".

Noah sonrió, mostrando sus brillantes dientes blancos. "Encontré un gran trabajo nuevamente esta mañana. Había un sitio de construcción que solo tenía una pared y, al otro lado de la pared, había un baño público que no se había limpiado durante años. Nadie quería hacerlo, porque olía muy mal. ¡Pero lo hice, y gané ciento cincuenta en solo una mañana!”.

Los ojos de Jane se abrieron con asombro. “Ciento cincuenta, eso quiere decir trescientos al día y nueve mil al mes. ¡Con eso, más los seiscientos que gano, vamos a ser ricos, Noah!”.

"Una niña. Me encantaría tener una niña. Ahorraremos para que ella tome clases de piano y de baile y la enviaré a la universidad. Será tan hermosa como su madre cuando crezca".

"Las niñas a menudo son más cercanas a sus papás, Noah. Definitivamente ella te amará más en el futuro".

Jane seguía refiriéndose a Noah como el padre, como si lo estuviera reconociendo como el padre de la niña. Los ojos de Alex brillaban con rabia mientras miraba desde el coche y, en ese momento, tomó una decisión. Sacó su teléfono y llamó a Sebastian.

"¡Sebastian, quiero que ese hombre al lado de Jane muera!".