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"Hola, mucho gusto. Si tiene alguna insatisfacción con nuestro restaurante, puede informarnos y mejoraremos. Esperamos que pueda frecuentarlo en el futuro. Además, si ha construido alguna casa aquí, nos gustaría que nos la ofrecieran por debajo del precio del mercado…”.
Cuando Alex vio que el dueño había mordido el anzuelo, dijo con una expresión fría y severa: "Recuerdo que cuando vinimos aquí hace más de medio mes, fuimos al restaurante frente a este...".
Garrett inmediatamente sonrió de manera halagadora. “El restaurante de enfrente ha cesado sus operaciones…”.
“Oh…”. Hubo una pausa antes de que Alex levantara la mirada y mirara al dueño del restaurante. “¿Tienes esos espaguetis con aceitunas, alcaparras y limón que servían en el restaurante de enfrente?”.
El dueño respondió: “Este…”.
Alex nunca había estado en el restaurante que abrieron Jane y Noah, pero sabía que el restaurante de Jane definitivamente servía espaguetis con aceitunas, alcaparras y limón. Ese era el plato especial de Jane.
Cuando solo estaban los dos en casa en ese entonces, Jane a menudo lo cocinaba para Alex. La pasta que usaba para la receta estaba hecha a mano y los espaguetis se veían brillantes sin ser demasiado grasosos. Tenía unas aceitunas verdes, un poco de perejil, unas alcaparras en vinagre y jugo de limón. Era muy refrescante y también ligero al paladar. Los espaguetis eran perfectos cuando se servían al dente.
Alex siempre comía dos platos grandes cada vez que Jane lo preparaba para él. Además, Jane quien siempre le daba de comer un bocado a la vez. Como resultado, estaba tan mimado con la cocina de Jane que no podía comer la comida de los restaurantes de afuera. Siempre quedaba muy lleno con la comida en casa. Cuando estaba demasiado lleno, le echaba la culpa a Jane, y luego buscaba formas de castigarla en la cama hasta que ambos dejaran de estar llenos.
Cuando Alex pensó en eso, sintió como si le hubiera entrado arena en los ojos. Cada vez que recordaba los fragmentos que había pasado con Jane, sentía como si tuviera una cortada sangrienta en el corazón.
“Los espaguetis con aceitunas, alcaparras y limón era el plato privado de su jefa. Es muy caro, por lo tanto muy pocas personas lo piden. Sin embargo, ¿lo conoce?”, preguntó misteriosamente el dueño.
Garrett se interesó de inmediato. “¿Sabes lo que es un chisme? Cuéntanos y pasaremos el tiempo”.
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