Castigado por su amor romance Capítulo 1578

¡Lenny! Ese era el anciano que había aparecido en las puertas de la mansión de Huron y que le había gritado a Alex hace cuatro horas. Ese hombre tenía casi setenta años y afirmó que Jane era su mujer, ¿y ahora Jane realmente fue a refugiarse en la mansión de Lenny? En ese momento, Alex sintió como si todos sus órganos internos hubieran sido destrozados miserablemente. Abrió la puerta del coche aturdido y salió.

"¡Amo!", gritó Garrett detrás de él. Desde que Alex comenzó a buscar a Jane, no había dejado de comportarse frenéticamente. Se había vuelto repulsivo, irritable y, a veces, se le veía con los ojos rojos. Hace tres horas, Jane le había dicho a Alex que no volvería a estar con él determinadamente, y que si él iba tras ella en este momento, solo haría que se sintiera más resentida con él. Garrett solo podía esperar que la Señora Poole no echara a su amo. Él observó a Alex con ansiedad, pero para su sorpresa, Alex dijo: "Solo quiero escuchar lo que dirán. Estamos demasiado lejos de ellos en este momento, por lo tanto, no podremos escucharlos".

Dicho esto, Alex se dirigió hacia Jane y dio largos pasos para pararse frente a las puertas de la mansión. Entonces, Alex y Garrett se agacharon y se escondieron en los arbustos fuera de la mansión como si fueran ladrones.

La anciana, a quien Jane estaba ayudando, estaba hablando con ella en ese momento: "Mi niña, me siento aliviada de haberte acompañado hasta aquí ahora. Quédate aquí si crees que este hombre es confiable. Me iré ahora", ella dijo con voz apagada.

Jane se arrodilló ante la anciana. "Mamá… ¿Me vas a abandonar?".

La anciana inmediatamente comenzó a llorar, estallando en lágrimas de repente. "Mi querida niña, Mamá... Mamá está vieja. Mi hijo murió en lo profundo de las montañas, entonces quiero ir a hacerle compañía a mi pobre hijo lo antes posible...".

"Mamá, lo siento, Mamá. ¡Lo siento!". Jane sollozó sintiéndose culpable. "Todo fue por mi culpa. Si no hubiera sido por mí, Noah no habría muerto. Mamá, quédate conmigo, ¿sí? Viviremos. Una vez que dé a luz a mi hijo, lo regalaremos y buscaremos la muerte juntas. Entonces, te llevaré a esa montaña a buscar a Noah y si no quedan más que huesos, moriremos junto a sus huesos, ¿está bien?”.

"Mamá, vivamos juntas, ¿de acuerdo? Seré tu hija, Mamá". Jane corrió al abrazo de la anciana con lágrimas.

En los arbustos, Alex observaba a la pobre madre e hija y se sintió abrumado por la emoción. Ella era una mujer que había estado con él durante siete años y no fue hasta ahora que se dio cuenta de cuánto ella apreciaba el amor y la lealtad, hasta el punto de que simplemente tenía que pagarle a las personas que la habían ayudado antes. Ella estaba embarazada y no tenía a dónde ir, pero aun así iba a proteger a su anciana madre con su propia vida.

A ella siempre le había faltado el amor. Siempre fue la dadora, pero nunca había recibido ningún afecto hasta que conoció a Noah y a su madre. Sus acciones, reacciones y decisiones actuales reflejaban precisamente la gran conciencia que ella tenía.