Castigado por su amor romance Capítulo 1619

La niña pequeña sonrió. “En el futuro, tendré otro hermano menor. ¡Ja, ja, ja!".

Aunque la pequeña tenía solo seis años, ya era muy sensata y comprensiva. Le insistió a Alex: “Lleva rápidamente a la Tía Jane a casa para que descanse. Ella tiene mi muñeca monstruosa en su vientre, así que debe estar cansada”.

Alex pellizcó la pequeña nariz de Aino. "¿Ya no estás enojada conmigo?".

Aino levantó la barbilla. “¡Bah! ¡Depende de tu desempeño!”.

"¡Por supuesto! ¡Mira cómo me comportaré!”, dijo Alex solemnemente. Luego, le aseguró a todos. “Jane es un tesoro para todos ustedes, entonces deben ver mi comportamiento. ¡Si no me desempeño bien, entonces todos ustedes pueden castigarme cortándome en pedazos!”.

Sebastian sonrió. "Regresen a casa rápido. Jane necesita descansar”.

Entonces, Alex y Jane se despidieron del resto en el aeropuerto. Como estaban en la Ciudad del Sur, era natural que la Señora Hill se quedara con Sebastian para que él arreglara en qué hospital debía ingresar, cómo tratarla y cómo llevar a cabo el siguiente procedimiento. Alex, por otro lado, podía estar tranquilo mientras llevaba a Jane de regreso a su casa de verano, la cual estaba ubicada a mitad de camino de la montaña.

Habían pasado cinco meses y Jane tenía la sensación de que todo estaba a un mundo de distancia cuando llegó allí de nuevo. Mientras Jane estaba parada afuera de la casa y miraba esos pequeños arbustos afuera que no tenían hojas, de repente recordó esa noche.

Había sido una noche un poco fresca y ya era otoño. Ella no tenía ropa para ponerse ni un hogar al que regresar, entonces simplemente se escondió entre los pequeños arbustos y esperó a Alex durante toda la noche. Sin embargo, ella se encontró a Lily en su lugar. Luego, Jane fue arrastrada para ser golpeada hasta convertirla en pulpa y casi moría.

Al ver a Jane parada afuera de la puerta luciendo desconcertada, Alex entendió instantáneamente que Jane estaba recordando las memorias pasadas ​​al ver la escena familiar.

“Jane, lo siento”. Él sabía que no importaba cuántas veces más se disculpara, sería difícil para él compensar todos los errores que le había hecho. Sin embargo, nunca hubiera esperado que Jane sonriera de alivio. “No puedo decidir si voy a tener un hijo o una hija, pero soy madre y no puedo dejar que mi bebé viva una vida miserable como yo. ¡Por lo tanto, he decidido que a partir de ahora seré la dueña de esta casa! ¡De ahora en adelante, si alguna mujer se atreve a venir a mi puerta, le romperé las piernas! ¡Esta casa, así como tú, solo pueden ser míos!”.

“Sabes lo quisquilloso que es el Señor cuando se trata de comida, pero… el Señor nunca más ha venido aquí desde que te fuiste. Además, nos ordenó especialmente que no tocáramos nada en la casa porque temía que no lo reconocieras cuando regresaras”.

De repente, Jane empezó a llorar. Ella levantó la cabeza y miró a los alrededores. Todo allí permanecía sin cambios. Después de que Alex la ayudó a subir las escaleras, Jane estaba a punto de caminar hacia su habitación, pero Alex la detuvo.

"¿Qué sucede, Alex?", preguntó Jane.

“Jane, de ahora en adelante, ya no tendrás tu propia habitación separada. Tu habitación ahora está fusionada con la mía. Así será en la casa de la Ciudad Kidon y aquí también”, dijo Alex cariñosamente. Después de decir eso, él abrió la puerta para que Jane la viera. “Entra y echa un vistazo”.

Jane se quedó quieta en la puerta, completamente atónita.