Castigado por su amor romance Capítulo 1716

El hombre de pie junto a la puerta era un extraño y llevaba un paquete grande en la mano.

"¿Eres Aino Scott?", preguntó el hombre.

"No. Ella es mi hija”.

“Este paquete es para Aino, enviado desde el extranjero”, dijo el hombre.

¿Un paquete? Ella no había pedido muchos paquetes desde que quedó embarazada. La mayoría de las cosas para Aino las pedían Ruth y Yvonne, y ellas nunca enviaban ningún paquete directamente a la casa. Siempre llevaban los paquetes personalmente. ¿Por qué este paquete era entregado en su casa? Sabrina tenía sus dudas, pero no hizo demasiadas preguntas. Aceptó el bolígrafo y firmó para acusar recibo. El paquete era muy grande. Era una caja de un metro cúbico de tamaño.

Después de que el repartidor ayudó a Sabrina a llevar la caja a la casa, ella la abrió con un cuchillo multiusos. Sabrina quedó deslumbrada al abrir la caja. En su interior, había todo tipo de juguetes, y todos eran asombrosos.

¿De quién podría ser? ¿Quién compraría tantos juguetes para Aino a la vez?

Justo cuando Sabrina estaba a punto de sacar su teléfono y llamar a Ruth o Yvonne para preguntarles, sonó su teléfono. Era un número desconocido. Sabrina dudó un poco, ya que había estado recibiendo llamadas de números desconocidos de vez en cuando en los últimos meses. Sabía muy bien que era Holden quien llamaba desde el extranjero.

Más tarde, Sabrina se enteró de que Holden logró surgir tan rápido en el extranjero fue porque Sean y su esposa le dieron casi mil millones de dólares cuando se fue. No era algo extraño que Sean le diera esa cantidad de dinero tan fácilmente porque, después de todo, él era su hijo biológico. Sin embargo, ¿por qué Rose le daría ese dinero? Sabrina se había estado haciendo esa pregunta para ella misma, pero no tenía cómo averiguarlo.

En ese momento, cuando vio el número desconocido, Sabrina tomó una decisión. Después de presionar el botón para aceptar la llamada, ella exclamó: “Hola, ¿es Holden?”.

Sean miró su vientre y preguntó en un tono serio y frío: "¿Cuánto tiempo tienes?".

“Seis meses”, respondió Sabrina con sinceridad.

"¿Te chequeaste? ¿Es una niña o un niño?”, preguntó Sean de nuevo.

Sabrina volvió a responder con sinceridad: “Aún no me he chequeado”.

“¿Cómo puedes ser tan descuidada? ¿Ni siquiera te hiciste tu chequeo de embarazo? ¿Crees que a la familia Ford le falta dinero? Voy a pagar por el chequeo. ¡Ve al mejor hospital! ¡Hazlo una vez a la semana!". Mientras decía eso, Sean estaba a punto de sacar su tarjeta de crédito.