Castigado por su amor romance Capítulo 1719

Holden se quedó sin habla. Antes de que tuviera tiempo de reaccionar, Zayn ya había colgado la llamada. Resopló de ira y le dijo a Sabrina. “¡No contestes llamadas de esta clase de persona en el futuro! ¡Bloquea su número en el acto cuando lo veas! Este no es un número local, por lo tanto, puedes darte cuenta de un vistazo. ¿Por qué contestaste su llamada y permitiste que te enojara?”.

Sabrina no le dijo a Zayn que la persona que llamaba era, después de todo, el hermano menor de Sebastian. Era el hermano menor gemelo de Sebastian, también era familia de Grace. Grace no pudo conocer a su hijo menor antes de fallecer. Ese tipo de arrepentimiento, descontento y miseria era algo que solo Sebastian y Grace conocían. Incluso un hombre tan cruel y frío como él había tenido consideración por su hermano menor, entonces, ¿cómo podría ella no entender a su esposo?

Sin embargo, en ese momento, Sabrina no le dijo nada a Zayn. Sus ojos estaban fijos en él sin pestañear y preguntó en un tono muy inquieto. “Zayn, tú… ¿Qué le dijiste a Holden? ¿Eres un hombre básicamente castrado? ¿Qué quieres decir? Tú… ¿No fuiste junto con Tessa… para casarte esta mañana? ¿Dónde está... Tessa?”.

Sabrina no vio llegar a Tessa. Ella ya sabía la respuesta, pero no podía aceptarla. Solo miraba a Zayn sin pestañear, y antes de que él respondiera, las lágrimas de Sabrina ya corrían por su rostro.

"Zayn, ¿qué pasó... con tu chequeo de salud esta mañana?".

Zayn sacudió la cabeza con pesar. Después de eso, vio que había un par de aretes de ónix en la mesa de café del balcón. Entonces se rio de una manera burlona. “Sabrina, ese par de aretes de ónix valen al menos decenas de millones de dólares, ¿verdad? Recuerdo que Zayn lo trajo de la Cima Barfait ¿cierto?”.

"¡Zayn!".

“¡Pero podemos conservarlo ahora! Las cosas que valen decenas de millones no se regalan a tu cuñada. Porque ya no tienes cuñada. ¡Tu hermano, yo, ya no se va a casar!”.

“Nunca te he culpado por ello. El hecho de que nosotros… yo, tú, así como Aino, todavía estemos vivos y que yo pueda pararme sobre mis piernas nuevamente, ya es una bendición de Dios. Ya estoy muy contento”.

“Estoy tan triste…”. Sabrina se cubrió la cara porque estaba desconsolada.

“No llores más. No es bueno para tu bebé. Sé buena". Zayn se puso en cuclillas y consoló a Sabrina.

En ese momento, la puerta de afuera se abrió de repente. Zayn se sobresaltó y, al igual que Sabrina hacía un momento, se quejó de repente con severidad. "¿Quién golpeó la puerta?".