Castigado por su amor romance Capítulo 1722

A Tessa le dolía la mano al haber abofeteado a Hana. Sacudió la mano varias veces con molestia. Levantó las cejas mientras miraba a Hana con rabia, como si ella no fuera su madre sino otra mujer que hacía todo tipo de cosas malvadas.

Tessa no dudó en maldecir frente a tanta gente. “¡Hana Sharpe! ¡Mujer desvergonzada! ¿Qué tan desvergonzada eres? ¡Abofetearte la cara ya es tratarte leve! ¡Lo hago para que sepas que eres una desvergonzada! Hana Sharpe, ¡recuerda esto! Tú no eres mi madre. ¡Nunca vas a ser mi madre! ¡No por el resto de tu vida! Además, ¿quieres que le devuelva el dinero a ese hombre castrado? Sin embargo, ¿dices que no estás pensando en él? Si no es así, entonces ¿por qué quieres que le devuelva el dinero? Incluso fue el mismo hombre castrado quien me dijo que no le devolviera el dinero, pero ¿vienes corriendo para ordenarme que se lo devuelva?”.

Tessa gritó: “Hana Sharpe, ¿quién eres tú para él? ¿Quién eres tú para mí? ¿Quién eres tú para darme órdenes? ¡Mi papá tenía razón! ¡Eres una p*rra! ¡La p*rra número uno en mil años! ¡Corres a abrir las piernas cada vez que ves a un hombre! Ni siquiera pudiste excluir a mi novio. ¡Hana, eres realmente una p*rra desvergonzada! ¡Todo es perfecto ahora! ¡Él es un hombre castrado! ¿Lo sabes? ¡Serás una viuda sin consumación si te casas con él! Si todavía estás pensando en juntarte con ese hombre, entonces tengo que darte mis respetos. ¡Hana Sharpe! ¡Adelante! ¡Ve a estar con él! ¡Él es multimillonario!”.

Tessa maldecía a su propia madre con tanta rabia que echaba espuma por ambas comisuras de los labios. En ese momento, su apariencia astuta había quedado al descubierto. Zayn, quien no estaba muy lejos y observaba todo, pensó que Tessa resultó ser aún peor que Ruth. Solo que Tessa era más inteligente que Ruth, y era mejor que ella ocultando su verdadero yo.

Por su parte, Hana era muy diferente. Estaba sentada en el suelo sin moverse. Se cubrió la cara hinchada y miró a Tessa con incredulidad. Las mismas palabras seguían saliendo de su boca, pero de forma más clara y desesperanzada que antes. “Tessa, en realidad… ¿Me abofeteaste? Te di a luz después de llevarte en mi vientre durante diez meses. Estaba desnutrida cuando estaba embarazada de ti, así que solo pesaste tres kilogramos cuando naciste. No produje suficiente leche materna después de darte a luz, por lo que tuve que pedir comida a las personas que organizaban un banquete. Comí mucho todos los días solo para poder amamantarte. Te cargué sobre mi espalda y trabajé en todas partes un mes después de haberte dado a luz para que tuvieras una infancia libre de pobreza y penurias. Sin embargo, ¿me abofeteas en la cara ahora? ¿De verdad abofeteaste la cara de tu madre?”.