Castigado por su amor romance Capítulo 1763

Si eso no hubiera ocurrido, ¿cómo podría suceder un accidente de coche?

Hector había estado maquinando toda su vida, pero al final había provocado la muerte de su hija por culpa de este plan. En cambio, Hana no sufrió ningún daño y estaba casada con un hombre rico casi diez años más joven que ella. Pensando en eso, Hector se sentó en el suelo y lloró a lágrima viva.

Algunas personas, que antes eran sus vecinos, vinieron a visitarlo. Parecían estar aquí para consolarlo, pero era más exacto decir que estaban aquí para venir a ver su decadencia y reprenderlo.

"¡Hector Caven! Y pensar que en entonces ya eras un hombre de más de treinta años cuando intimidaste a Hana, una chica de casi dieciocho años. La trajiste a casa, pero no pasaste la vida con ella como es debido. Tú eras el que claramente se había equivocado, pero querías despojarla de todo el dinero que le había costado ganar en esta vida, ¡y de hecho seguiste sin dejar que ella y su hija se vieran!".

"¡Eres demasiado despiadado!".

"¡Te lo mereces!".

"¡Tú te lo buscaste!".

"¡Te quedarás solo el resto de tu vida!".

"¡No tendrás familia ni esposa que te cuide!".

"¡Te lo mereces!".

El grupo de personas lo maldijo con desprecio. ¡Fue en ese momento que Hector se arrepintió profundamente de su acción! Se arrepintió de haberse pasado de la raya. Había estado tramando planes toda su vida, pero al final, su hija murió por culpa de sus planes.

Aquella noche, mucha gente escuchó los incomparables y miserables lamentos de Hector. Sonaba como una ardilla voladora a punto de morir congelada en invierno. Cuando amaneció, la voz también se fue apagando. Nadie supo cuándo murió Hector. De todos modos, su cuerpo ya desprendía un olor nauseabundo cuando lo encontraron.

"Gracias, Kingston. Muchas gracias. Date prisa y lleva a Aino a casa. Me temo que Sabrina estará preocupada", dijo Hana con preocupación.

"Está bien. Dentro de poco, la Señora Ford y la Señora Poole vendrán a visitarla juntas. Están en el tráfico, pero deberían llegar en breve".

Hana se sorprendió al instante. "¿De verdad?".

"¡Por supuesto! No solo vendrán ellas, parece que también vendrán la Señorita Mann y Yvonne. Todas ellas quieren venir a visitarla. En el futuro, tu sala estará cada vez más animada. Aunque la pongan en reposo para evitar el aborto espontáneo, tampoco se sentirá demasiado sola".

Al oír esas palabras, Hana se sintió tan conmovida que empezó a llorar. Justo cuando quería darle las gracias a Kingston, se oyó una exclamación procedente del exterior de la puerta. "¡Ah!".

Todos los presentes en la sala se quedaron tan sorprendidos que miraron hacia la puerta al mismo tiempo. Hana se sobresaltó. "¿Qué ha pasado?".