Castigado por su amor romance Capítulo 1797

"Sebastian y yo llevaremos a Aino a visitar al abuelo...", dijo ella con calma.

"Sabrina", dijo Sean el nombre de Sabrina cariñosamente. Sonó íntimo, arrepentido y sumiso.

"Señor Ford, ¿hay algo más?", preguntó Sabrina.

"Sabrina, ¿me... perdonas?", preguntó Sean.

Sabrina se quedó sin palabras.

"Nunca he reconocido mis errores del pasado. Solía ser muy arrogante, pero al saber que el anciano va a morir pronto, sentí de repente que ya soy viejo. Tengo más de setenta años. ¿Por qué sigo haciendo tanto alboroto? Ya te has quedado embarazada dos veces de la familia Ford. Aino ya es tan grande y es tan simpática. Como su abuelo, ¿qué razón tengo todavía para no estar satisfecho? ¡Me he excedido en el pasado! ¡En particular, he ido demasiado lejos! Sabrina, ya soy viejo, quizás... quizás justo después de que tu abuelo político fallezca, yo...".

"¡Señor Ford!", interrumpió Sabrina a Sean. "No digas eso, Señor Ford. Yo... te perdono. Yo... nunca te he guardado rencor, Señor Ford".

Sabrina tenía un corazón muy blando. Podía luchar firmemente hasta el final con una persona que la hubiera lastimado, pero no era muy buena para continuar la discusión con alguien que le mostrara su debilidad. Ella no haría eso.

"Señor Ford, en realidad, no me has puesto las cosas difíciles, así que ciertamente no te guardo rencor. Quizás porque Sebastian es un hombre de pocas palabras y no es tan cercano a ti, puede que haya algún malentendido. Sin embargo, también sabes que a Sebastian le afectó mucho la muerte de su madre, quien también es mi suegra. Por eso él le guardaba rencor a la Residencia Ford. No te preocupes. Haré todo lo posible de encontrar la manera de persuadir a Sebastian. Iremos a visitar al Viejo Amo Ford en el hospital como una familia de tres".

El tono de Sean se relajó mucho. "Eso es bueno. Eso es bueno. ¡Ja,ja!". Se rio humildemente.

El corazón de Sabrina se llenó de sentimientos encontrados. Por la noche, después de que Sebastian volviera a casa y se acostara tras lavarse, solo entonces Sabrina le dijo: "Sebastian, tu padre... me llamó hoy".

Sebastian respondió sin dudar: "Vas a dar a luz pronto. Ya es bastante duro para ti, así que no quiero que pases por ninguna otra experiencia desagradable. Si nos pide que vayamos a la Residencia Ford, ¡recházalo directamente!".

Sabrina se quedó sin palabras. Hizo una pausa antes de tratar de persuadirlo: "Sebastian, él... es tu padre biológico, después de todo. ¡Es el hombre al que tu difunta madre amó toda su vida!”.

Cuando Sabrina se despertó, Sebastian había salido de la casa hacía mucho tiempo. Incluso Aino ya se había vestido sola y estaba a punto de salir de la casa después de desayunar.

"Adiós, Mamá", dijo Aino.

"Adiós, Aino. Regresa a casa más temprano después de la escuela. Hoy te haré raviolis de cangrejo".

"De acuerdo, Mamá". Aino salió saltando por la puerta.

Antes de que Aino entrara en el elevador y de que Sabrina cerrara la puerta, Sabrina oyó el grito de Aino. "¡Mamá, mira!".

Sabrina se sobresaltó. "¿Qué pasó, Aino?".