Castigado por su amor romance Capítulo 1819

Él era un hombre poderoso. Era el Rey de Ciudad del Sur. Sin embargo, en este momento, el hombre masculino derramó una lágrima. Sabrina se liberó de repente del abrazo de Sebastian. Cogió su bolsa, se dio la vuelta y se fue.

"Sabrina...", la llamó Sebastian.

Sabrina bajó las escaleras y el conductor estaba esperando a Sabrina. Subió al coche, sin decir ni una sola palabra. El conductor tampoco sabía a dónde debía llevarla.

Sebastian se apoyó en la ventanilla y miró a través de ella. Tampoco dijo nada, pero lo repetía una y otra vez en su corazón: ‘Créeme, Sabrina. Te rescataré tan rápido como pueda. Tienes que reunirte con nuestra hija primero cuando llegues allí. Mientras estés junto a nuestra hija, podré estar tranquilo. Comenzaré inmediatamente a rescatarlos a todos ustedes. Agotaré todo lo que tiene el Grupo Ford para rescatarlos a ti y a Aino".

Sabrina se fue. Sebastian se desplomó en el suelo como si ya estuviera muerto. Después de un tiempo, Kingston se acercó. Dijo suavemente: "Amo Sebastian, la señora ya ha sido enviada al barco".

"¿Has visto a Aino?", preguntó Sebastian con voz ronca.

Kingston sacudió la cabeza. "No, Amo Sebastian. Sin embargo, creo que como a Holden le agrada tanto la princesita, seguramente no le haría nada. Lo que él más desea en su vida es vivir junto a Sabrina y la princesita. Además, la señora ya está embarazada de ocho meses. Hasta que diera a luz, Holden no se acercaría a ella. Siento que la señora y la princesita son las más seguras en este mes. Por lo tanto...". Kingston fue interrumpido por Sebastian antes de que terminara.

"¡Dentro de este mes, tengo que pensar en una manera de rescatar y recuperar a Sabrina y Aino! Incluso si tengo que agotar todos los activos del Grupo Ford. Ve. Ve y realiza una inspección ahora. ¡Ni siquiera podemos retrasarnos un segundo!".

"Amo Sebastian...", lo llamó de nuevo Kingston.

"¿Qué más?". El tono de Sebastian seguía ronco pero no estaba enfadado en absoluto.

"Su padre, el Viejo Director Ford, su conductor ha... solicitado reunirse con usted. Dijo que el Viejo Director Ford está enfermo y en el hospital...", dijo Kingston.

"¿Dónde está el conductor?", preguntó Sebastian.

"Abajo", dijo Kingston con cuidado.

"Yo... me arrepiento mucho", dijo Sean. "Realmente me arrepiento mucho. Te he fallado. Solo mátame".

"¡Eso ocurrirá tarde o temprano!", dijo Sebastian. Sean se quedó sin palabras.

Justo cuando Sebastian iba a colgar la llamada, llamaron a su puerta. ¿Quién podría ser? ¿Quién más podría ser? Sebastian se volvió hacia Kingston. "¡Mata a quienquiera que haya venido!".

Kingston fue inmediatamente a abrir la puerta. Justo en el momento en que estaba a punto de hacer su movimiento al abrir la puerta, Kingston se quedó de repente aturdido. Inmediatamente después, se sintió tan abrumado que se quedó sin palabras.

Rápidamente después de eso, una niña maloliente corrió hacia Sebastian, llorando. "Papá, Papá... he vuelto, Papá. ¿Dónde está mi madre? Rápido, dile a mi madre que he vuelto".

Sebastian se quedó sin palabras.