Castigado por su amor romance Capítulo 1835

Aino lloraba histéricamente. "Vete…".

Sean se quedó sin palabras. Justo en ese momento, dos personas más entraron por la puerta. Uno de ellos era Marcus. Cuando Marcus escuchó los gritos de Aino, corrió a grandes zancadas de inmediato hasta ver a Aino llorando histéricamente. Entonces la abrazó y la llamó desconsolado: “Aino, Aino".

Había otra persona detrás de él. Era el Viejo Amo Shaw, quien temblaba y no podía caminar con firmeza. El Viejo Amo Shaw, quien no había aparecido en mucho tiempo, se veía mucho mayor que hace un año. Dentro de ese año, su salud no había sido la mejor. Su relación con Gloria parecía haber mejorado un poco. Sin embargo, era solo que Gloria ya no lo echaba. Pero ella no estaba dispuesta a dirigirse a él como su padre.

Al ver entrar al Viejo Amo Shaw, Gloria preguntó con indiferencia: "¿Por qué estás aquí?".

El Viejo Amo Shaw miró a Aino con desolación. “Yo… yo solo quería ver a Aino. La niña… la niña es demasiado lamentable”.

Aino gritó bruscamente: "¡Váyanse! ¡Todos ustedes son los malos! ¡Ustedes son viejos m*lditos! ¿Cómo es que todavía están vivos?".

El Viejo Amo Shaw se quedó sin palabras.

“¡Acosaron a mi mamá! ¡Todos ustedes intimidaron a mi mamá! ¿Qué ha hecho exactamente mi madre para que todos ustedes la intimiden así?". Aino parecía haberse vuelto loca. Reprendió al Viejo Amo Shaw y también a Sean.

Ella era solo una niña de seis años. ¿Cómo podía tener la capacidad mental de entender las cosas tan bien como un adulto? El comportamiento de Aino hizo que Gloria se sintiera desconsolada al verla. Abrazó a la niña en sus brazos. “No llores, bebé, no llores. Estoy aquí".

En ese momento, Ruth y Yvonne también entraron corriendo. Ambas chicas abrazaron a Aino y a su abuela al mismo tiempo para protegerlas. Entonces Aino estalló en llanto mientras decía: "Tía Yvonne, Tía Ruth...".

Ruth se llevó las manos a la cintura. “No lloremos más, Aino. No llores. Si alguien se atreve a intimidar a Aino nuevamente, ¡lucharé contra esa persona hasta la muerte! ¡Si algún percance mínimo le sucede a Aino en el futuro, no los perdonaré! ¡Soy una arpía! No tengo dinero, ni poder, entonces, ¿a quién diablos le voy a tener miedo?".

Él estaba cubierto de lágrimas. "Marcus, sé que me equivoqué".

“Señor Ford, debería irse. No se atreva a provocar a Aino de nuevo”, dijo Marcus.

"Yo…".

Sebastian, quien había estado tratando de calmarse, volvió a gritar enojado: "¡Lárgate inmediatamente!".

Entonces Sean se dio la vuelta y arrastró los pies mientras salía. Justo en ese momento sonó su teléfono. Tomó su teléfono y contestó. "¿Hola?". La voz de Sean cambió al instante. "¿Qué? ¿Él está… muerto?".