Castigado por su amor romance Capítulo 1853

"Yo no seducí a Sebastian, ni le arrebaté el hombre a Sabrina como dijiste. Lo escuchaste tú mismo. ¡Fue esta pequeña quien me pidió un favor! Soy la amiga de Aino y también amiga de la familia Ford. ¡Fui invitada aquí por el Señor y la Señora Ford! Sebastian está ahora de luto en la sala del velatorio. Soy responsable de llevar a la niña a jugar por un momento. ¿Me he interpuesto en tu camino?".

Lo que ella dijo dejó estupefacto a Alex.

Maysun se sentía insultada. "Amo Alex, no desconfíes de las intenciones de una buena persona solo porque tiene una mente perversa".

Alex se quedó sin palabras. Aino también se fue con Maysun y regañó a Alex. "¡Así es, Tío Poole!".

Alex resopló. Estaba muy contento de que Sabrina tuviera una hija tan talentosa para la actuación. En ese momento, Alex de repente se dio cuenta de algo. Desde que Sabrina fue secuestrada por Holden, Sebastian mantenía una mirada aún más cercana sobre Aino. Si Sebastian no hubiera estado de acuerdo, entonces no era posible que Aino fuera con Maysun sola. Cuando Alex pensó en eso, debía ser que el padre y la hija estaban colaborando juntos para montar un espectáculo como un acto doble. Era un espectáculo realizado para engañar a las otras partes, quienes eran sus enemigos.

"Lo siento", se disculpó Alex con una voz profunda.

"¡Señor Poole! Por favor no sea tan macho en el futuro. No todo el mundo podría tolerarlo como la Señorita Lily. La golpeaste y la maldeciste, e incluso la abandonaste. No soy la Señorita Lily. No necesitas juzgar con tu vista prejuiciosa", dijo Maysun con tristeza.

Alex al instante se puso en alerta cuando Lily fue mencionada. ¡Eso era cierto! Maysun debió haber sido traída por Lily. De lo contrario, ¿cómo sabría Maysun cómo él había tratado a Lily en el pasado?

"¿Dónde está Lily Parker?", preguntó Alex de una vez.

Maysun se burló. "¿Por qué? Ya estás casado y tienes un hijo ahora. La Señorita Lily tampoco te molestó más. ¿Todavía no planeas dejar libre a una mujer débil como ella?".

Alex asintió. "Está bien".

Después de eso, preguntó curioso: "¿Dónde van a jugar las dos?".

Él todavía estaba preocupado por el paradero de la niña. Después de todo, solo tenía seis años.

Inesperadamente, Aino sonrió misteriosamente. "¡Buah! ¡No te lo diré!”.