Castigado por su amor romance Capítulo 1914

Malvolio miró a Eira con perplejidad. “Tú… ¿Qué es eso?”.

Eira abrió la bolsa. “Malvolio, mira”.

La bolsa estaba llena con joyas de oro y plata brillantes. Malvolio inmediatamente pensó en algo. “¡Eira! Dime, ¿hiciste algo malo allá afuera?”.

Eira sonrió. “Malvolio, por qué no intentas pensarlo. Aún si quisiera hacer cosas malas, ¿dónde podría ir a hacerlas? Si hubiera querido ir a robar una joyería, ¿cómo podría hacerlo cuando todavía soy tan joven?”.

Malvolio pensó que tenía sentido. Después de todo, su hermana seguía siendo una niña. Suavizó su tono al preguntar: “Entonces, ¿dónde conseguiste todas estas joyas? ¿Son reales? Son de juguete, ¿verdad?”.

Eira sacudió la cabeza. “No, mi papá… Delmont fue quien me los dio”.

Temblando y con lágrimas, la madre de Eira dijo: “Malvolio, Malvolio, tú no puedes dejar que ese m*ldito hombre se lleve a tu hermana. Me tienes que escuchar bien. No estoy loca. No estoy loca. ¿Me crees, hijo mío?”.

“En ese entonces… En ese entonces cuando ese hombre quería divorciarse de mi, tu hermana todavía estaba en la edad donde necesitaba leche en polvo. Yo no tenía dinero para criar a tu hermana, así que le supliqué que me diera más gastos de manutención o que se llevara a Eira. De esa manera, al menos la niña no sufriría. Sin embargo, ¿sabes lo que ese hombre dijo? ¡Se negó! Dijo que sí se llevaría a Eira con él, afectaría su tiempo a solas con esa mujer. Dijo que él y esa mujer querían tener un hijo propio. Si se lleva a Eira, ¿entonces qué sería de ella?”.

Al decir eso, Eirwen lloró tan fuerte que apenas podía hablar. “En ese tiempo, él acababa de ser separado de la niña. La niña todavía era tan pequeña, pero él no estaba dispuesto a aceptarla. Ahora, de repente regresa ¿y quiere llevarse a la niña? Él ciertamente no tiene ninguna buena intención. Además, Malvolio, hace dos días vi en el periódico que la su compañía de moda de ese m*ldito hombre, Delmont, ha estado lidiando con muchas cargas financieras inexplicadas porque fallaron a ser listados. Su compañía puede que vaya a la bancarrota. Eso significa que no va a ser rico más en el futuro, ¿así que por qué viene forzosamente a llevarse a Eira?”.

Eira de inmediato comprendió lo que su hermano quería decir y sacudió la cabeza con todas sus fuerzas. “¡Malvolio! ¡No iré con mi papá! ¡Ciertamente no lo haré! ¡Mi papá me lo había pedido ayer, pero no se lo prometí! ¡No te preocupes, Malvolio!”.

Al ver a su hermana tan firme, Malvolio entonces se sintió aliviado. Quería salir corriendo de la puerta de nuevo, pero Eira dijo: “Malvolio, ¡no le devuelvas ese dinero a Delmont!”.

“¡Tú aún quieres vivir con tu papá!”.

“¡No!”. Eira empezó a llorar. “¡Delmont es muy rico! ¡Él es increíblemente rico! Yo soy su hija. ¿No me debería dar estos? Ambas somos sus hijas. ¿Por qué la hija que tuvo con su esposa en su segundo matrimonio puede disfrutar de toda la gloria y riqueza?”.