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Lily fulminó con la mirada a todos. “¡No soy un fantasma! ¡Fui golpeada por esta mujer! ¡Fui golpeada!”.
Lily señaló a Yvonne. “Es ella. Ella fue quien me golpeó y me puso así”.
Kingston de inmediato jaló a Yvonne atrás de él. “¡Lily Parker! ¡Tú intentaste hacerle daño a la pequeña princesa! ¡Fue por el bien de proteger a la pequeña princesa que Yvonne te golpeó!”.
Lily ignoró a Kingston, y solo miró a Sebastian. “Amo Sebastian, aunque Alex se ha ido, Yvonne sigue aquí ahora. ¡Puedes ahora convertir a Yvonne en carne picada, y luego tirarla al apestoso alcantarillado! Si es luego, entonces será muy tarde para que lo hagas, ya que la gran batalla tuya y de Alex está justo por la esquina. ¡Rápido, deshazte de esta mujer ya!”.
Yvonne tenía tanto miedo que estaba temblando mientras se escondía detrás de Kingston.
En ese momento, Aino corrió hacía Lily y gritó en voz alta: “¡Diablo! ¡Mala persona! ¡Mala mujer! ¡Todo lo que le ha pasado a mi familia tiene que ver contigo! Eres un demonio. Tú eres la que debe ser vuelta carne picada y ser arrojada al apestoso alcantarillado. ¡Vete al infierno!”.
Aino lloró mientras empujaba a Lily con todas sus fuerzas. Sin embargo, fue incapaz de mover a Lily en lo absoluto. Aino estaba muy débil. La pequeña niña luego lloró aún más triste. Lily, por el otro lado, sonrió mientras que se regodeaba de la desgracia de Aino.
‘¡Esta niña! Tus buenos días están contados. Tu madre ya fue tomada y reclamada por Malvolio como suyo propio. Tu padre está a punto de luchar hasta la muerte con Alex pronto. ¿En cuanto a ti? Si aún puedes vivir, tal vez te tomaré y te torturaré de ahora en adelante, y absolutamente no te dejaré morir. Te aseguro que te puedo torturar hasta casi morir. ¡Ja, ja!’.
Lily miró a Sebastian presuntuosamente. “Amo Sebastian, también has visto que tu hija me regaña de esta manera, pero aún así, no me defendí, ¿cierto? Sé que tienes mucho de qué ocuparte, así que dejaré ir el asunto de tu hija. ¡Será mejor que primero te pongas manos a la obra y que dejes que esta mujer, Yvonne, reciba el castigo más severo!”.
Eso fue lo que Lily más anticipaba en el momento. Yvonne había golpeado a Lily un total de cuatro veces, y cada vez fue más agresiva que la última. Cada vez era más viciosa que la última. ¡Lily tenía que dejar a Yvonne morir! Sin embargo, Lily escuchó a Sebastian gritar con clara articulación: “¡Kingston!”.
Kingston de inmediato respondió: “¡Sí, Amo Sebastian!”.
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