Castigado por su amor romance Capítulo 2011

Él hizo todo lo posible para ocultar toda su culpa. "Mm-hmm. ¿Qué… qué dijiste?".

"Señor, ¿en qué estaba pensando justo ahora? ¿Ha hecho alguna decisión?", preguntó uno de los gerentes regionales.

Sebastian se quedó sin palabras. Hubo una pausa. "Bueno, con respecto a los asuntos de mi abuelo, puede que esté ocupado por un par de días más. Todos ustedes aún deben prestarle más atención a los asuntos de la compañía".

Después de decir eso, no dio más explicaciones, sino que se levantó y salió de la sala de reuniones. Después de regresar a su oficina y firmar todos los documentos que necesitaba firmar, Sebastian levantó su muñeca para echar un vistazo a su reloj. Eran casi las diez y media, así que empacó su maletín y salió de la compañía.

Un coche estaba esperando abajo en el Grupo Ford. Cuando vieron a Sebastian saliendo de la compañía, tanto Nigel como Minerva se bajaron.

Nigel dijo: "Sebastian, Minerva quiere visitar a su tío".

Sebastian notó que los ojos de Minerva estaban hinchados de tanto llorar. Ella miraba a Sebastian con respeto. "Señor Ford, ¿puede llevarme a ver a mi tío?".

"Sígueme", dijo Sebastian.

Una hora después, llegaron frente a la tumba donde estaban enterrados Grace y Holden. En ese momento, cuando ella vio la foto de Holden en la lápida, Minerva instantáneamente estalló en llantos. "Tío Holden… Tío Holden…".

Sebastian se secó en secreto las lágrimas alrededor de sus ojos. Él era diferente a Minerva. Después de todo, Minerva era una chica, así que ella podía llorar con todo su corazón y expresar su sentimiento de extrañar a Holden sin ninguna preocupación. Sebastian, por otra parte, solo podía enterrar este tipo de dolor y tristeza en el fondo de su corazón.

Porque todavía tenía que encargarse del funeral en la Residencia Ford después de eso, después de haberse despedido de Minerva y Holden en el cementerio, Sebastian volvió a la Residencia Ford. Tan pronto el coche se detuvo, la ama de llaves de la Residencia Ford acudió a Sebastian con grandes preocupaciones. "Amo Sebastian…".

"¿Qué pasa?", preguntó Sebastian calmado.

"Su padre… está enfermo", dijo la ama de llaves.