Castigado por su amor romance Capítulo 2030

Hana en realidad todavía estaba a tres semanas de su fecha de parto. Sin embargo, por alguna razón, ella tenía signos de parto prematuro. Después de todo, Hana estaba teniendo un embarazo geriátrico, ya que se encontraba en una edad materna avanzada.

“¡Hana, Hana!”. Zayn preguntó ansiosamente: “¿Duele mucho? ¿Estás entrando en parto?”.

Hana estaba en tanto dolor que ya no podía enderezar su espalda. “Yo… este es mi segundo embarazo. Tengo experiencia y estoy en parto. Zayn, rápido… rápido llévame al hospital, ¡rápido!”.

“¡Está bien!”. Zayn inmediatamente cargó a Hana en sus brazos y salió.

Nigel, quien estaba en la puerta, ya había abierto la puerta. Después de que Zayn bajó, el gran número de personas en la casa de Sabrina también lo siguieron al hospital. Incluso Louie, quien solo tenía ocho meses de edad, fue llevado al hospital también.

Todos estaban ansiosos esperando afuera de la sala de parto y nadie se atrevió a decir nada. El único niño, Louie, estaba balbuceando dentro de su cochecito. El tiempo pasaba rápido pero al mismo tiempo estaba pasando muy lento. Ya habían estado sufriendo por casi cinco horas, pero Hana todavía no había dado a luz al bebé. Las personas que estaban de pie esperando afuera incluso escucharon a la partera gritar dentro de la sala de partos.

“¡Empuja! ¡Empuja más fuerte!”.

“Dios… La edad de la mujer embarazada está un poco avanzada, ya no puede ejercer más fuerza. ¿Qué deberíamos hacer? Ha salido la mitad de la cabeza del bebé”, dijo una de las parteras ansiosamente.

“¿Qué hacer? ¿Pregúntale a la familia si quieren salvar a la adulta o al niño?”.

Zayn vagamente escuchó esas palabras dentro de la sala de parto y se derrumbó. Se puso en cuclillas afuera de la sala de parto y lloraba mientras se encogía.

Sabrina se puso de pie en frente de Zayn y sintió mucha pena por él. “¡Zayn! Tienes que seguir siendo más fuerte. ¡No puedes llorar en un momento como este! ¡Eres el pilar de tu esposa y de tu hijo! Zayn, ¡tienes que ser fuerte!”.

“Está bien, ¡haremos como digan y salvaremos a la adulta!”. La partera regresó adentro con una expresión muy aliviada.

Después de entrar y cerrar la puerta de la sala de parto, unas cuantas parteras dijeron: “Una familia de mente abierta. Qué conmovedor”.

Al decir eso, una de las parteras le dijo a Hana: “Tu familia dijo que te salvemos, la adulta”.

“¡No! ¡No, no, no! Yo quiero al niño. Quiero a mi niño. Doctor, le estoy rogando, por favor. Tiene que salvar a mi niño. Mi esposo es diez años menor que yo. Él me ama mucho. Ya no tengo nada más para darle a mi esposo. Solo quiero darle un hijo. Doctor, tiene que escucharme. Tiene que hacer como yo diga. Mi esposo es muy rico. Aún si muero, él aún puede volver a casarse. Si sobrevivo, nunca más podré tener un niño de nuevo de por vida. Seré un estorbo para mi esposo. Mi esposo es demasiado bueno conmigo. Solo he recibido amabilidad de mi esposo en esta vida. ¡No puedo soportar hacerle daño! Doctor, le estoy rogando”.

La partera lloró. Tal vez así era como se veía una pareja que había pasado por la adversidad juntos.