Castigado por su amor romance Capítulo 207

La gente salía continuamente de sus coches, cada uno vestido con un traje más lujoso que el anterior. Aunque era indiscutible que se trataba de gente de poder, todos estaban nerviosos en presencia de Sebastian. Zayn echó un vistazo y vio algunas caras nuevas, así como otras conocidas. Todos ellos eran individuos con influencia en varios campos del Condado de Ciarrai. Pensar que todos se habían reunido fuera de su casa solo para poder adular a Sebastian, era prueba suficiente de lo inmenso que era el poder de Sebastian.

Sebastian observó a la multitud sin ninguna emoción en su rostro, como un tipo que miraba a sus súbditos, mientras decía en un tono frío e indiferente: “Por desgracia, solo estoy aquí para tratar un asunto personal. No tengo tiempo para socializar”.

La multitud dejó de hablar al instante, mientras Kingston decía: “¡Se espera que todos ustedes se vayan en cinco minutos!”.

“Pero…”. Uno de los hombres más valientes se atrevió a preguntar con tono vacilante: “¿Cuándo se nos dará la oportunidad de invitar al Amo Sebastian a comer?”.

“¡Ya lo veremos mañana!”. Kingston respondió con impaciencia.

“Bien, de acuerdo, entonces dejaremos al Amo Sebastian tranquilo. Nos despediremos ahora, pero estaremos a su disposición”. Y dicho esto, todos se fueron de forma ordenada.

Cualquiera querría contar con el favor del Amo Sebastian de Ciudad del Sur y tener la oportunidad de formar una conexión con el hombre de cualquier manera posible, pero al mismo tiempo, eran conscientes de lo peligroso que podía ser enfadar al infame Amo Sebastian.

Una vez que los invitados no deseados se fueron, Sabrina, Sebastian, Zayn y Aino se quedaron en la entrada de la propiedad. Aino hizo todo lo posible por permanecer lo más cerca posible de su madre agarrándose a sus piernas, asustada hasta el punto de que la habitualmente feroz niña no se atrevía ni a susurrar delante de Sebastian.

“¿Piensas hacer la negociación aquí?”. Sebastian dirigió su escalofriante mirada en Sabrina.

Todas las palabras parecían haberse anudado en la garganta de Sabrina, mientras veía a Zayn marcharse de mala gana. De repente, Sabrina y Aino eran las únicas que quedaban frente a Sebastian en la habitación.

“¡Yo fui el que golpeó a Leo, vagabundo apestoso! ¡Pégame si quieres, pero no le hagas daño a mi mami!”.

Aino se puso delante de su madre de forma protectora, todo el tiempo mirando a Sebastian como un ciervo frente a un faro.

“¿Sabes cómo deberías llamarme?”. El tono de Sebastian dio un giro repentino y se volvió mucho más gentil.