Castigado por su amor romance Capítulo 2249

Incluso ella pensó que estaba soñando cuando el hombre la cargó para ducharla y secarle el cabello. Sabrina, quien estaba en un sueño, se sintió muy cálida, y también muy cómoda y complacida.

Estaba muy animada cuando se despertó al día siguiente. No estaba tan enfadada como cuando estaba fuera de la casa de su madre el día anterior. Cuando toda la familia estaba desayunando junta, la pequeña reina, Aino, quien casi había terminado su desayuno, miró a su madre. “Mamá, te ves muy hermosa hoy”.

“Siempre he sido muy hermosa. ¿A qué te refieres con eso?”, dijo Sabrina.

“Tienes un brillo en tu piel hoy. ¿Cambiaste algún producto para el cuidado de la piel?”. La niña ya estaba muy versada en el cuidado de la piel. No había comenzado a usar ningún producto para el cuidado de la piel, pero los conocía.

Sabrina se quedó sin palabras. ¿Cómo debería explicárselo a su hija? La razón por la que estaba de tan buen humor ese día era que había pasado un rato extraordinariamente dulce y armonioso con el padre de su hija la noche anterior. Ambos alcanzaron nuevas alturas, por lo tanto estaba más relajada. Sabrina no podía decir eso.

Sin embargo, ella anduvo por las ramas. “Tu padre me ha dado flores y una sorpresa ayer, así que de repente sentí que había regresado a la época en que éramos más jóvenes y salíamos. Por eso estoy de buen humor. Por supuesto, estaré animada cuando esté de buen humor. Estar de buen humor, por supuesto, mejoraría mi piel”.

“¡Mmm!”. Aino de repente resopló con frialdad. “Solo te preocupas por encontrar el sentimiento de salir con mi papá, pero no te importaron los sentimientos de mi abuela en absoluto. Ella solo tiene poco más de cincuenta años este año, y parece que tiene cuarenta. También puede salir con alguien, ¿de acuerdo? ¿Por qué interfieres en su camino para que salga con alguien? ¡No puedes ser así, mamá!”.

Sabrina de inmediato puso una cara larga y le preguntó: “¿Te dijo eso tu abuela?”.

Aino sacudió la cabeza. “Ella es tu madre. Es la más cercana a ti. Ella no me diría eso. Fue tu abuelo quien me llamó. Él cuida de su hija como tú cuidas de mí. Me llamó y me pidió que te convenciera de que no interfieras con la vida amorosa de su hija”.

Sabrina no tenía palabras. No sabía qué decir sobre el Viejo Amo Shaw. Suspiró y miró a su hija. Luego, dijo bastante impotentemente: “¡Entiendo! Ya no interferiré con la vida amorosa de la hija de tu bisabuelo”.