Castigado por su amor romance Capítulo 2298

James inmediatamente sonrió suavemente. “Gloria, ¿estás preocupada por mí?”.

Gloria inclinó la cabeza y miró a James con una mirada poco inocente. “¿No crees que estoy preocupada por ti?”.

James sonrió pero no dijo nada.

“Señor Dunn, en realidad soy muy buena para leer a la gente. Por la forma en que me trataste, puedo decir que eres una buena persona que sabía lo que estaba haciendo. He estado viviendo sola todos estos años. Siendo honesta contigo, es realmente muy difícil para la gente de mi edad hacer amigos. Es diferente a cuando éramos niños. Mírame. He estado en el hospital durante tres días, incluso mi propia hija nunca vino a visitarme una vez, y mucho menos los amigos del grupo de baile. La persona que estaba a mi lado eras tú. Señor Dunn, eres una buena persona. No te he juzgado mal. Eres una buena persona. Una buena persona que se preocupó por mí y cuidó de mí, así que, ¿por qué no puedo preocuparme por ti?”.

James inmediatamente pareció muy conmovido. “Gloria, gracias. Al escuchar lo que dijiste, no me despidieron de la compañía por nada. Pero no tienes que preocuparte por mí, Gloria. Soy un hombre y me iba bastante bien en mi compañía. Tengo grandes logros. Todavía sería bastante fácil para mí encontrar un trabajo estable y bien pagado en esta ciudad. No tienes que preocuparte por mí en absoluto. Incluso si mi jefe no me despidiera, yo ya tenía la intención de renunciar. Eso es porque ya he construido una gran cantidad de conexiones ahora y casi he terminado de encargarme de todo. En un futuro cercano, quiero comenzar mi propio negocio y tener mi propia compañía de moda”.

Una vez que Gloria escuchó eso, inmediatamente entendió todo. El plan de James ya había salido a la luz. Quería montar su propio negocio. Para hacer eso, definitivamente necesitaría una gran cantidad de dinero.

Gloria inclinó su cabeza. “Señor Dunn, ¿necesitas dinero para empezar tu compañía? ¿Hay algo en que te pueda ayudar?”.

“¡No, no, no!”, dijo James repetidamente. Continuó moviendo su mano también.

Gloria no tenía palabras. Fue después de un rato que preguntó suavemente: “¿Podemos todavía ser amigos?”.

Solo entonces el hombre suavizó su tono. “¡Por supuesto!”.

Gloria sonrió felizmente. “Entonces está bien. Está bien”.

“Vamos. Te llevaré a casa”. El hombre se levantó a ayudar a Gloria. Él realmente era muy caballeroso. La manera en que ayudó a Gloria a apoyarse fue la correcta y no la hizo sentir incómoda.