Castigado por su amor romance Capítulo 2389

“¡Estaba tan enojada que casi iba a vomitar sangre! Al final, ella incluso se unió a Sebastian y juntos hicieron que los guardias de seguridad me echaran. Después de eso, ¡incluso me enviaron a la estación de policía! ¿Cómo pudo pasar una cosa así? Keegan, Caelus, y Lokni, ¿quién diablos es esa mujer? ¿Le han preguntado a Sebastian? Además, ¿qué es exactamente lo que Sebastian tiene en mente? ¡He volado aquí con gran sinceridad deliberadamente para tener una cita a ciegas con él!”.

Eva tenía grandes agravios, era muy ensimismada y muy arrogante al hablar. Ella no sintió que su comportamiento de irrumpir en la compañía de Sebastian fue grosero. Ni siquiera se molestó en preguntar si Sebastian estaba casado o no. Desde el fondo de su corazón, simplemente pensó que ella era una mujer bien informada que había regresado del extranjero. Ella también tenía la gloria de la familia Shaw sobre ella. Era una mujer que había regresado del extranjero, tenía una mentalidad abierta y avanzada y se veía muy hermosa. Debería haber muy pocas así en toda Ciudad del Sur, ¿verdad? Con su estatus en ese momento, al estar con Sebastian, un hombre sin estatus propio, del cual se decía su difunta madre ni siquiera pudo ser enterrada en el terreno familiar, él debería sentirse halagado, ¿verdad? Sin embargo, nunca esperó que después de terminar de quejarse, lo que recibió fue una bofetada feroz de Keegan.

Marcus no vio esa bofetada. Si Marcus lo hubiera visto, no importa cuánto le molestara Eva, tampoco habría dejado que su propio hermano abofeteara a otra persona. Desafortunadamente, Marcus había ido a buscar el coche, por lo tanto no vio que abofetearon a Eva.

Eva tocó su mejilla ardiente y con lágrimas en los ojos miró a Keegan con incredulidad. “Mi hermano, ¿acabas de abofetearme?”.

“¡Maldita perra!”. Keegan estaba extremadamente molesto. “¿Quién es tu hermano? ¡Idiota!”.

“¡Estúpida!”. Caelus y Lokni maldijeron a Eva.

Después de decir eso, Lokni todavía estaba enojado, así que agregó: “¡Perra loca por los chicos!”.

Keegan se quedó sin palabras. ¡Tenía que admitir la derrota ante esta maldita sirvienta! Ya no le importaba nada. Levantó su mano y tiró de la oreja de Eva. “¡Idiota! ¿Qué oído tuyo escuchó que te estábamos presentando a Sebastian para que fuera tu novio? ¡Fuiste la perra loca por los chicos que tuvo que correr a la compañía de Sebastian buscando la muerte!”.

Eva había perdido su arrogancia hacía mucho tiempo después de ser regañada por los hermanos. “¿Todavía hay hombres jóvenes en la Ciudad del Sur que sean dignos de estar conmigo?”.

“¡Sí lo hay!”, dijo Keegan enojado. “¡Mi cuarto hermano! ¡El cual es Marcus!”.