Castigado por su amor romance Capítulo 2438

El niño de cinco o seis años no miró a Vincent. Solo miró con enojo al oficial de policía y dijo: "¡Este es mi papá! No se preocupa por mí y nunca me visita. Pero yo he visto a mi papá. Se divorció de mi mamá, así que ya no me quiere. Se casó con su amante".

Vincent se quedó sin palabras. Solo en ese momento finalmente pudo ver claramente que el niño que tenía delante se parecía mucho a Belinda. No había visto a este niño en más de dos años. El niño había crecido muy rápido y había cambiado mucho. Apenas pudo reconocerlo.

"¿Tu madre es Belinda Kelley?", preguntó Vincent.

"Eres un papá malvado. Siempre te recordaré. Te odio. ¡Me vengaré!". El niño apretó los dientes mientras miraba a Vincent.

Vincent ignoró las maldiciones del niño. Simplemente preguntó con severidad: "¿Dónde está tu madre? ¿Por qué no te está cuidando?".

Tan pronto terminó su oración, el oficial de policía espetó: "Eres un hombre muy interesante. Ni siquiera pudiste reconocer a tu propio hijo e incluso lo dejaste en la estación de policía. No puedo creer que haya un padre tan irresponsable como tú en el mundo. Incluso estás fingiendo ser un bienhechor. Te lo digo, ¡es ilegal abandonar a tu hijo!".

Vincent balbuceó: "Yo… yo no soy…".

"¿No eres qué? ¿Qué es? ¡Adelante! ¡Si no puedes explicarte, olvídate de salir de la estación!".

Vincent no quería decirlo inicialmente, especialmente frente al niño. Después de todo, el niño era inocente. Sin mencionar que el niño terminó así debido a las enseñanzas de su madre. Fue un gran tormento. Sin embargo, si Vincent no decía nada, no podría salir de la estación de policía.

Por lo tanto, se vio obligado a contar todo lo que sucedió entre él, Helena, y Belinda. Al final, enfatizó: "Cuando la corte nos concedió el sivorcio, me hice una prueba de paternidad. Su madre me engañó y yo tenía pruebas de ello. No pude soportarlo más. Por eso nos divorciamos".

En ese momento, diez mil dólares era casi lo que Vincent ganaría en un año en su trabajo en la universidad. Sus ojos se agrandaron.

"¡No te lo diré si no me lo das!". El niño era extremadamente descarado.

Los policías estaban tan enojados que incluso querían golpear al niño. Al final, el corazón de Vincent se compadeció del niño. Después de todo, había criado al niño durante más de dos años. Si no fuera porque no tenía forma de hacerlo, siempre lo vería como su propio hijo.

Él llamó al hermano y la cuñada de Helena y consiguió que trajeran más de diez mil dólares rápidamente. Solo entonces el niño llevó a la policía y a Vincent a su casa. Atravesaron caminos sinuosos. El niño era un genio por tener tan buena memoria. Cuando finalmente llegaron a su puerta, Vincent y los policías quedaron atónitos.