Castigado por su amor romance Capítulo 2557

Él levantó la mano y le indicó a la chica que se detuviera, luego levantó su teléfono y contestó: "Hola, Sergio. ¿Qué pasa? ¿Ocurrió algo?".

Se escuchó una voz urgente que decía al otro lado del teléfono: "Señor Yates, ahora estoy en el condado al lado de donde usted se encuentra. Estoy en un valle que está aún más lejos del condado en el que se encuentra. Escuche que hay un montón de…".

"¡Espérame allí! No importa si Yvonne está en ese pueblo en las montañas o no, tengo que hacer un viaje personalmente allí. En caso de que pueda encontrarme con ella allí. Incluso si tuviera que arriesgar mi vida, tengo que llevármela. Sergio, espérame. ¡Iré en cuanto pueda!", dijo Kingston con gran urgencia.

Al decir eso, comenzó a ponerse el traje.

"¿Qué pasó?", preguntó la chica.

"Lo siento. Quédate en este hotel hoy. Surgió algo, así que tengo que irme. Puede que no regrese hoy", le dijo Kingston a la chica apresuradamente.

"¿Estás buscando a tu familia, ¿verdad?", preguntó la chica.

"Me tengo que ir. Recupérate aquí. Me iré ahora", respondió Kingston.

La chica inmediatamente agarró el brazo de Kingston. "Señor…".

Cuando ella se dirigió a él como señor, Kingston de repente sintió un poco de calidez.

"Estoy familiarizada con esta área, los condados cercanos y también los valles. Si estás buscando a tu prima, es posible que pueda ayudarte. Las heridas en mi cabeza están bien. Son solo heridas superficiales. Te acompañaré. Puedo soportar las dificultades, así que estaré bien. Incluso podría ser de gran ayuda para ti en momentos críticos", dijo la chica con sinceridad.

Kingston lo pensó, y luego asintió. "¡Está bien! ¡Vamos!".

Después de que ya se había puesto el traje, de repente se le ocurrió que estaría caminando por las montañas y los ríos más tarde, por lo tanto se quitó el traje nuevamente. Luego, se cambió a ropa de trabajo. Originalmente quería afeitarse la barba después de regresar al hotel, pero antes de que pudiera arreglarse, tuvo que irse de nuevo.

Sin embargo, a Kingston no le importaba esto en absoluto. Por el contrario, pensó que este tipo de vestimenta de trabajador sería aún mejor para no llamar la atención.

Ambos condujeron hasta el condado vecino y estacionaron el coche al pie de la montaña donde el coche ya no podía pasar. Un paso tras otro, caminaron hacia el valle siguiendo la ruta que Sergio les había mencionado por teléfono. Kingston realmente no tenía experiencia en caminar este tipo de caminos en los valles.