Castigado por su amor romance Capítulo 2576

Kingston jadeó. “¿Hubo otro asunto que te hizo sentir aún más agraviada?”.

Eevonne sonrió miserablemente. “Mm-hmm. En realidad, ni siquiera puedo distinguir si fue culpa mía o si soy yo a la que simplemente le encanta buscar pelea con los demás, pero sobre el asunto en que discuto con los demás, a todos los he catalogado como culpa mía. Siempre terminaba admitiendo la derrota. Entrar en conflicto con unas cuantas personas en un día era algo que me sucedía muy a menudo. Al final, también fue después de disculparme que el asunto terminó. Primero me disculpé con el director de la fábrica. Me sentí aliviada. Me di la vuelta y me disculpé también con mi colega. Ese día no fui a almorzar. Además, se suponía que tenía que ayudar a los trabajadores de la fábrica, pero en realidad la mayor parte del trabajo la hice yo sola. Finalmente, terminé las muestras antes de la una de la tarde. Cuando las llevé de vuelta, vi que el director de la fábrica y su colega estaban charlando, bromeando y tomando el té. En realidad, no sabía qué estaban pensando los demás. Sin embargo, en ese momento, me llené de odio. Odiaba a esos dos hasta la muerte. Los odiaba tanto que mi mente estaba retorcida. Sin embargo, no me atreví a arremeter contra ellos. Seguí trabajando mientras sufría en silencio”.

Ella suspiró. “Si nada parecido volviera a ocurrir en el futuro, aún podría seguir trabajando en esa empresa. Después de todo, el sueldo era bastante alto en aquella época. Además, el ambiente de oficina era bueno. Aparte de en la oficina, en cualquier otro lugar, ya fuera con mis compañeros de clase, mis amigos de Internet, mis amigos de la infancia en mi ciudad natal o de mis parientes, me mostraba muy digna. Sin embargo, después de aquel incidente, siguieron sucediendo muchas otras situaciones que me convirtieron en el blanco en la oficina. Como un erizo con las púas levantadas, seguía discutiendo con distintas personas cada día. Cada vez me ponía más nerviosa y sensible. Al final, incluso cuando iba a la cafetería a almorzar, esas personas me evitaban cuando me veían. Se reunían a chismear. No sé de qué chismeaban, pero yo sentía que era sobre mí”.