Castigado por su amor romance Capítulo 2629

“¡Incluso mi sobrino tampoco puede intimidarla! ¡Yo también pelearé contra él!”.

Kingston asintió. “Así es como debe ser. Si una madre no protege a su hija, ¿quién más la protegerá?”.

La madre de Eevonne asintió con lágrimas corriendo por su rostro. “Mm-hmm. Entiendo. Así es, Señor Yates. Eevonne se va a ir contigo, así que por favor cuida de ella y me gustaría agradecerte de antemano”.

“No hay necesidad de eso, Señora. Soy yo quien debe darle las gracias. Además, cuando ella se establezca en un lugar, todavía tendrá que depender de su propio esfuerzo”, dijo Kingston.

“No te preocupes. Esta vez ya no falsificaré un diploma y no volveré a engañar a nadie. Ya lo he pensado. Trabajaré en la mañana, y después de salir del trabajo, repartiré comida por la noche. No me cansaré demasiado. Solo trabajaré de ocho de la mañana a medianoche todos los días. Va a ser un poco difícil de esta manera, pero aún así puedo perseverar. ¡Espero poder pagar ochenta mil dólares en un año! ¡Ese es mi objetivo! ¡Tengo que trabajar duro!”, dijo Eevonne con plena confianza.

Kingston y la madre de Eevonne la miraron con una mirada alentadora. En ese momento, el asunto familiar de Eevonne llegó a su fin. Todas las cosas de las que había que ocuparse habían sido lidiadas. En cuanto a esos parientes, Eevonne también los dejó libres. Si su madre tenía la intención de reconciliarse con ellos, todavía habría una manera. Después de que todo estuviera bien preparado, Eevonne se despidió de su madre, agarró su equipaje y salió de casa con Kingston.

Inesperadamente, había algunos vecinos en la puerta con dinero en sus manos, esperando a Eevonne.

Ella miró a sus vecinos confundida. “Señores, ¿qué están... haciendo aquí?”.

“Eevonne, todos nosotros en realidad nos hemos equivocado contigo. Todos somos vecinos que vivimos tan cerca unos de otros. No debimos haberte menospreciado cuando tu familia estaba en problemas. En vez de eso, deberíamos haberte ayudado. Esto no es mucho dinero. Son solo cinco mil dólares. Tómalo para pagar tu deuda”.

Eevonne se quedó sin palabras.

“Yo también. También estoy yo, Eevonne. Sabes que los tres hijos de mi familia aún están estudiando, pero hace un par de días conseguimos vender algo de maíz. No es mucho, son solo mil quinientos dólares, pero incluso un poco de dinero ayudaría. Solo toma esto para pagar el dinero que debes. Perdóname. He sido demasiado molesto en el pasado...”.

Kingston sonrió amablemente. “Sí, las cosas no son maravillosas la mayor parte del tiempo en la vida, pero todavía existen muchas cosas geniales. Sin embargo, Eevonne, hay algo que no es maravilloso y que tengo que contarte para que estés prevenida”.

Eevonne estaba atónita. “¿Qué... Qué pasa, Kingston? ¿Es que tú también estás en bancarrota y necesitas dinero de inmediato? Lo siento, Kingston. Yo... he rechazado la ayuda que esos vecinos me han ofrecido hace un momento. Se... se me olvidó pensar que tú también podrías no tener dinero”.

“No se trata del dinero. No tienes que tener prisa para devolverme el dinero. Primero págale al banco”, dijo Kingston.

“Entonces... ¿de qué se trata?”. Eevonne estaba aún más confundida.

Hubo una pausa antes de que Kingston dijera en un tono ligeramente miserable: “No puedes venir conmigo porque tengo que seguir buscando a mi prima”.