Castigado por su amor romance Capítulo 2723

¡Lo que dijo fue extremadamente duro! Si fuera otra persona la que oyó lo que Kingston había dicho, podría tomárselo muy a pecho y acabar con su vida. Kingston sabía que sus palabras también eran duras. Sin embargo, ¿qué tenía que ver con él? No había matado a nadie ni prendido fuego a ningún lugar, así que si la persona moría, ¡se lo merecía! ¡Él era así de severo!

Deacon fue el primero en llevar a otros al borde de la muerte de todos modos. Puesto que él ya había tomado la decisión de llevar a una joven a un callejón sin salida y forzarla a la muerte, ¡entonces él debería ser el primero en morir!

“No te lamentes más en nuestra compañía. Puedes salir y morir o irte a casa a esperar a que te entreguen la carta de demanda. Además, ya que estás en eso, prepara el dinero para nosotros”. Kingston miró a Deacon sin expresión alguna en el rostro.

“Señor Yates...”, dijo Deacon.

“¡Acompañen al invitado a la salida!”. Kingston fue incomparablemente directo.

Deacon agarró las esquinas de la mesa con ambas manos. “No. Ee- quiero decir, Señora Yates, lo siento. Lo lamento. Considerando que yo... considerando que yo solía ser tu jefe, ¿podrías... salvarme la vida? Te lo ruego”.

Eevonne miró a Deacon con calma. “Señor Lowe, nunca le he suplicado que me salvara la vida. Incluso cuando estaba en mi peor momento, cuando me abrazaba las piernas y lloraba sola en la calle, o cuando ya no tenía salida y quería morir, nunca le he suplicado que me salvara la vida. No solo no se lo he suplicado, sino que nunca lo he buscado para pedirle que me compensara por todos los tratos injustos que me dio entonces. Lo que nunca habría esperado es que realmente me viniera tras de mí hasta el punto de acudir a mi compañía. Ya tengo a muchas personas de la compañía que testifican a mi favor que no falsifiqué nada, que no le mentí a la compañía y que mi rendimiento en el trabajo es muy sobresaliente. Sin embargo, usted seguía sin dejarme marchar. ¿Lo ha pensado alguna vez? ¿No va a parar hasta que me muera? No espero que pueda salvarme la vida. Solo le pido que no me venga tras de mí. ¿Puede prometerme eso?”.