Castigado por su amor romance Capítulo 2777

Cuando ella levantó la mano para llamar a la puerta, alguien dentro de la casa dijo: “¡Espera!”.

Inmediatamente después, oyeron el sonido de alguien que tiraba de la manilla de la puerta. Al mismo tiempo, la persona que apareció ante los ojos de Sabrina era, en efecto... una mujer a la que hacía mucho tiempo no veía.

“¿Yv-Yvonne?”. Sabrina se echó a llorar al instante. La mujer frente a ella era Yvonne. Sin duda era Yvonne.

Se veía un poco diferente, pero seguía teniendo el mismo aspecto. Sabrina pudo reconocer que era Yvonne en cuanto la vio.

Las lágrimas de Yvonne también corrían por su rostro. “Señorita Sabrina...”.

Sabrina se quedó sin palabras. En el pasado, Yvonne rara vez se dirigía a ella como Señorita Sabrina, excepto la primera vez que se conocieron. Más tarde, ella se dirigía a ella directamente como Sabrina. A veces, cuando solo estaban las tres juntas, Yvonne, Ruth y Sabrina, Yvonne la llamaba zorra. A Ruth la llamaba arpía. Yvonne nunca fue tan educada. Sin embargo, hacía unos años que no se veían, así que también era muy normal que Yvonne se mostrara distante.

Sabrina levantó la mano y secó las lágrimas de Yvonne. “No llores más. Date prisa y cuéntame cómo has estado todos estos años. ¿Por qué no te pusiste en contacto con tu familia? Aunque te enfrentaste a dificultades extremas, debiste haberte puesto en contacto con nosotros. ¿Sabes cuánto te hemos echado de menos todos estos años y cómo hemos sobrevivido?”.

Yvonne apoyó su cabeza en los hombros de Sabrina. “Señorita Sabrina, solo sé que usted es la que más me quiere”.

Sabrina se quedó estupefacta de nuevo. ¿Por qué sentía que las palabras de Yvonne eran un poco cursis? Aunque Mila, quien no se parecía en nada a Yvonne, fingía ser Yvonne, a menudo hablaba muy humildemente como si hubiera hecho algo mal, y Sabrina no sentía que Mila fuera cursi en absoluto. ¿Por qué sentía que la verdadera Yvonne que tenía delante era cursi? Si lo pensaba bien, en el pasado Yvonne nunca le daba las gracias. Incluso si de vez en cuando le daba las gracias, lo hacía con fastidio. Básicamente, Yvonne nunca le daba las gracias a Sabrina en un tono tan cortés ni tampoco en un tono poco engatusador para ganársela.

Sabrina se sintió confusa por un momento. Aino, quien estaba detrás de ella, estaba aún más confundida. Quizá porque ya tenía su propia opinión: Aino solo reconocía que Mila era Yvonne. Por otro lado, la mujer que tenía delante y que se parecía a su Tía Yvonne, hizo que Aino se enfadara al verla. Aino no podía soportar verla.

“Oh, ¿no eres Aino? Ya estás muy alta. Vaya, todavía eras una niña pequeña cuando me fui”, le dijo Yvonne a Aino después de medir su estatura.

Aino y Minerva se quedaron sin palabras. Ambas se miraron como tontas.

Minerva usó su mano para pinchar a Aino y le dijo suavemente: “Has perdido terriblemente en esta ronda”.

“¿Crees que encontraré a otra chica para que sea la novia de mi Tío Nigel?”. Aino estaba tan enojada que apretó los dientes.

Minerva rápidamente cerró la boca. En ese momento, de repente se oyó una voz detrás de ellos.

“Oh, ¿por qué están... por qué están todos ustedes también aquí?”. Mila, quien acababa de salir del elevador sosteniendo dos grandes bolsas de regalos en sus manos, miró sorprendida a Aino y Minerva.