Castigado por su amor romance Capítulo 293

De camino a casa, Kingston se concentró en conducir, mientras Sebastian permanecía en silencio.

Esto solo hizo que Aino quisiera hablar más con él, preguntándole quiénes eran el hombre y la mujer que conoció esta mañana, así como el anciano que estaba acostado en la cama del hospital.

Sin embargo, cuando se dio cuenta de que Vagabundo Apestoso no decía nada en absoluto, Aino decidió dejar de preguntar.

Sebastian estaba perdido en sus pensamientos.

A las once de ese día, justo cuando había terminado su reunión en la empresa, Sebastian recibió una llamada telefónica de su padre.

“¿Papá? ¿Qué pasa?”, preguntó Sebastian con calma.

“¡Sebastian, no puedes abandonar a esa niña!”, dijo Sean al otro lado de la llamada.

Sebastian sonrió sarcásticamente ante eso. “Es mi hija biológica, ¿por qué crees que puedes opinar sobre si quiero quedarme con ella o no?”.

El tono de Sean de repente se volvió gentil. “¡Sebastian! Sé que mis palabras no tienen mucho peso para ti, pero déjame decirte algo por experiencia propia. Fui yo quien les falló a ti y a tu madre hace muchos años atrás, permitiendo que los dos sufrieran en el extranjero durante tanto tiempo”.

“Sin embargo, yo también me he enfrentado a mis propias dificultades”.

“Con lo grande que es la familia Ford, tiene que haber ciertas reglas para mantener el orden. Si todos tratarán de luchar entre sí por el poder, el negocio familiar solo acabaría derrumbándose. Sin embargo, incluso cuando tú y tu madre se habían alejado tanto de la familia, todavía forzaste tu regreso sin piedad. Incluso con tu estatus anterior, conseguiste hacerte con el control del Grupo Ford”.

“Eso me mostró una fría y dura verdad”.

“¿Por qué un b*stardo debe ser tratado de manera diferente? Todos los nacidos de los que llevan el apellido Ford son parte de la familia Ford, y deberían tener la oportunidad de luchar por ella”.

“El estatus no importa”.

“Esa mañana, cuando trajiste a tu hija a visitar a tu abuelo, la vi con mis propios ojos...”.

“Puede que ahora solo sea una niña pequeña, pero vi la misma tenacidad que tú tienes en ella. Esa niña no será fácil de controlar. Si la abandonas ahora, y ni siquiera le das el apellido, ¿no temes que te odie en el futuro?”.

“¿Qué tal si te llega a odiar como tú a mí?”.

Mientras la tomaba de la mano y caminaba hacia el ascensor, Sebastian comenzó a preguntar: “Aino, cuando viste a esos tres ancianos por la mañana, ¿te agradaron?”.

Aino miró a Sebastian, parpadeando mientras pensaba en la pregunta que le acababan de hacer. “No odio al anciano en la cama y al otro anciano, pero no me gusta mucho esa mujer, parece muy mala”.

Sebastian sonrió ante su respuesta.

Era cierto.

“Tu abuelo y tu bisabuelo comparten la misma sangre que tú, pero tu abuela no. Parece que eres consciente de ello incluso a una edad tan temprano”.

Aino preguntó: “¿Quiénes son?”.

Sebastian no le contestó y procedió a abrir la puerta con su llave.

Cuando la puerta se abrió, Sabrina estaba de pie frente a ellos. Dijo inmediatamente: “Por fin has vuelto. Tengo algo que hablar contigo”.