Castigado por su amor romance Capítulo 301

Resumo de Capítulo 301: Castigado por su amor

Resumo de Capítulo 301 – Castigado por su amor por Internet

Em Capítulo 301, um capítulo marcante do aclamado romance de Romance Castigado por su amor, escrito por Internet, os leitores são levados mais fundo em uma trama repleta de emoção, conflito e transformação. Este capítulo apresenta desenvolvimentos essenciais e reviravoltas que o tornam leitura obrigatória. Seja você um novo leitor ou um fã fiel, esta parte oferece momentos inesquecíveis que definem a essência de Castigado por su amor.

“¡Vé rápido!”.

Kingston preguntó: “¿Sigo a la Señora?”.

Sebastian contestó molesto: “¡No te acerques a ella! Ella no aprecia la amabilidad”.

Kingston respondió inmediatamente: “¡Entendido, Joven Amo!”.

No se atrevió a ir en contra de las órdenes de Sebastian, por lo que se limitó a seguir a Sabrina a distancia. Miró como Sabrina había subido a un taxi, y la siguió hasta la tumba de Grace. Sin embargo, como tuvo que mantener la distancia mientras la observaba, Kingston no pudo escuchar lo que Sabrina decía.

Él se alejó un poco antes de sacar su teléfono para llamar a Sebastian. “Joven Amo, la señora fue a visitar la tumba de la Vieja Señora. Puedo ver que está llorando bastante, y me parece que está diciendo que llevará a la pequeña princesa a visitar la tumba en unos días”.

A Kingston le dolió el corazón al decir eso.

Al otro lado de la llamada, Sebastian simplemente respondió: “Entendido”.

Kingston dijo de repente: “Joven Amo… entonces yo…”.

“¡Continúa vigilándola!”, ordenó Sebastian.

“Está bien, Joven Amo”. Después de colgar la llamada, Kingston continuó buscando un lugar donde observar a Sabrina sin ser visto.

En ese momento, Sabrina seguía murmurando frente a la lápida de Grace. Su voz había empezado a volverse aún más suave, tanto que ahora solo ella misma podía escucharse. “Madre, al menos pudiste experimentar un poco de amor con el Señor Ford, pero ¿qué hay de mí y Sebastian? No hay tales sentimientos entre nosotros, y él incluso me odia. Si no hubiera dado a luz a su hija, probablemente me habría matado”.

“Madre, dime, ¿qué debo hacer?”.

“¿Cómo debo seguir viviendo?”.

“¿Puedes prestarme algo de tu fuerza? Por favor, ayúdame a encontrar un trabajo en esta ciudad para que pueda valerme por mí misma. Así podré finalmente ahorrar suficiente dinero para visitar a mi madre en mi ciudad natal”.

“Ella vivió una vida tan lamentable, y al final, ni siquiera he podido ir a averiguar cómo falleció”.

“Madre, si puedes oírme, dame fuerzas, ¿si?”.

Nadie estaba dispuesto a escuchar sobre su experiencia laboral.

Sin otra opción, a Sabrina se le ocurrió otra idea. Decidió ir a un cibercafé y utilizar una computadora de allí para crear un sencillo currículum. Luego lo subiría a Internet y especificaría en el currículum que, si alguien estaba dispuesto a darle la oportunidad de una entrevista, presentaría sus propios planos y anotaciones detalladas.

Sintiéndose segura de su plan, Sabrina le preguntó a una persona que pasaba por allí: “Disculpe, ¿hay algún cibercafé cerca?”.

Terminó preguntando lo mismo a varias personas, pero nadie pudo ayudarla. Solo cuando Sabrina preguntó a una conserje de la plaza, se enteró dónde quedaba uno. “He visto que muchos jóvenes van al edificio de enfrente a jugar. Deberías preguntar en el edificio, también puedes revisar en el directorio del edificio”, dijo la señora.

“De acuerdo, gracias”. Sabrina se dirigió inmediatamente al edificio de enfrente.

Era un edificio con muchas tiendas diferentes. El primer piso se especializaba en la venta de maquillaje, el segundo en zapatos y bolsos, y las tiendas del tercer al sexto piso vendían también muchos artículos de lujo de alta gama. Los pisos superiores estaban ocupados por diversas oficinas.

Cuando Sabrina consiguió encontrar el cibercafé en el directorio junto al ascensor, pulsó el botón para subir al piso en el que se encontraba.

Justo cuando el ascensor abrió sus puertas, una mujer salió de él. Entonces preguntó en un tono peculiar: “¡Sabrina! ¿Qué haces aquí?”.

Histórico de leitura

No history.

Comentários

Os comentários dos leitores sobre o romance: Castigado por su amor