Castigado por su amor romance Capítulo 309

¡No puede ser!

¿No se decía siempre que las peleas entre esposos nunca duran más de una noche?

Incluso Kingston, que nunca se había casado, lo sabía.

¿Quizás la Señora simplemente no permitió que el Joven Amo se acercara a ella la noche anterior?

Kingston estaba empezando a especular en su mente cuando Aino lo miró fijamente con sus grandes ojos negros. “Tío Kingston, ¿quién es la Señora?”.

Kingston respondió: “¡Tu madre!”.

Luego se dio vuelta para mirar a Sebastian. “Joven Amo, ¿la Señora sigue alistándose allá arriba?”.

Las mujeres suelen tardar más tiempo en alistarse antes de salir.

Sin embargo, justo cuando Kingston terminó de decir esas palabras, escuchó dos respuestas diferentes del padre y la hija.

“¡Ella no quiere ir a la vieja residencia!”.

“¡Mi Apestoso Papá no quiere que mi madre venga con nosotros!”.

Kingston no sabía qué responder.

¡Bien!

Decidió mantener la boca cerrada y abrió las puertas del coche para los dos. Una vez que subieron al coche, se dirigió al asiento del conductor.

No se pronunció ni una sola palabra durante el camino.

El coche no se dirigió directamente a la vieja residencia. En cambio, se dirigieron a una tienda de vestidos que Sebastian había visitado hacía unos días.

Había reservado un vestido allí después de recibir la llamada de su abuelo ayer para que llevara a su hija a la residencia.

El Viejo Amo Henry, Sean y Rose habían pensado eso exactamente. Y no era solo un pensamiento, era un hecho que querían aclarar todo frente al público.

Sin embargo, en ese momento, Sebastian no conocía sus planes.

Él tomó la mano de Aino mientras entraban en la vieja residencia.

De repente, escucharon un gran ruido procedente de la sala principal.

“¿Sabes que la niña es extremadamente inquieta? Es exactamente como Sebastian cuando era pequeño. Incluso peleó con un anciano como yo. La niña llegará pronto, todos lo verán por ustedes mismos”.

“Llamaré a Sebastian”. El Viejo Amo Henry era el que hablaba. Había ocupado el asiento principal, y estaba empezando a presentar a los invitados a la bisnieta que solo había visto una vez.

Los demás presentes intercambiaron miradas.

Al mismo tiempo, Sebastian entró lentamente en la sala, tomado de la mano de Aino.