Castigado por su amor romance Capítulo 32

Kingston no pudo ver la expresión de Sebastian, pero no se escuchó ningún sonido después de mucho tiempo.

"¿Amo Sebastian? ¿Amo Sebastian?". Kingston lo llamó.

En el otro extremo, la voz de Sebastian era extremadamente fría. "Ya veo".

Kingston dijo: "Joven Amo Sebastian, ¿tiene alguna otra orden?".

"Estaré ocupado por unos días. Pasado mañana, asegúrate de recoger a Selene y espérame afuera de la Vieja Residencia Ford". Sebastian quería usar a Selene para protegerse del grupo de bellezas que el Viejo Amo había invitado en su nombre.

"Anotado, Joven Amo Sebastian. Colgaré ahora", dijo Kingston cortésmente.

"Hay más...", Sebastian le dijo de repente a Kingston.

"Síguela". El tono de Sebastian tenía un toque de ira.

Kingston preguntó: "¿Seguir a quién?". Tan pronto como pronunció las palabras, se golpeó la cabeza y dijo: "Anotado, Joven Amo Sebastian. ¡Seguiré inmediatamente a la Señorita Scott!".

Después de colgar, Kingston condujo detrás de Sabrina para seguirla. Sin embargo, las rutas de ella eran muy simples. Después de salir de la sala del hospital de Grace, Sabrina fue primero a una panadería y compró dos bollos grandes. Ella se comió los bollos mientras esperaba el autobús. Después de que llegó el autobús, subió y se dirigió directamente a la residencia de Sebastian.

Kingston solo se fue después de esperar a que Sabrina entrara al ascensor.

Sabrina quería notificarle a Sebastian que Grace había ordenado a Jade a abofetear a Selene hoy. Ella se sentó y esperó en la sala de estar durante mucho tiempo, pero Sebastian aún no regresaba. Y Sabrina no se atrevió a abrir de nuevo la puerta de la habitación de él.

Después de esperar un buen rato, Sabrina llamó a Sebastian, pero su teléfono estaba apagado.

Por lo tanto, se fue a la cama.

Al día siguiente, primero fue al hospital para visitar a Grace como de costumbre, luego fue al sitio de construcción para hacer algunos trabajos ocasionales.

Cuando ella salió del trabajo por la noche, Nigel aún no había terminado su trabajo de inspección. Sabrina buscó su bolso y esperó el autobús al lado de la carretera. Sin embargo, después de esperar por más de una hora, ni un solo autobús que regresaba a la ciudad llegó a la estación.

No podría visitar a Grace en el hospital a tiempo si el autobús llegaba más tarde.

Sabrina se puso cada vez más ansiosa.

Nigel estaba mirando toda la escena en su coche desde lejos, pero él solo sonrió sin hacer un movimiento.

El Grupo Conor desarrolló los proyectos inmobiliarios en los alrededores de allí. Con una llamada telefónica de Nigel, los conductores del autobús del otro lado habían cambiado de dirección en una parada anterior para regresar a la ciudad.

De todos modos, eran muy pocos los pasajeros que tomaban el autobús desde allí y, a veces, ni siquiera había un pasajero durante varios días.

Sabrina no sabía que, por mucho que esperara, hoy sería difícil subir a un autobús.