Castigado por su amor romance Capítulo 323

Aino preguntó: “... Tío Kingston, ¿qué significa matar dos pájaros de un tiro?”. Después de todo, el vocabulario de la pequeña niña aún no estaba completamente desarrollado.

Kingston respondió: “Significa...”. Justo cuando estaba a punto de explicárselo a la pequeña princesa, se dio cuenta de la fría expresión de la cara de su Joven Amo por el espejo retrovisor. Inmediatamente, cerró la boca.

Kingston había aprendido a leer bien la expresión de su amo, pero la princesa no parecía tener esa habilidad. Al ver que Kingston no había respondido a su pregunta, la pequeña niña se volvió hacia su Papá Apestoso y puso los ojos en blanco, mientras preguntaba: “Déjame preguntarte entonces, ¿qué significa matar dos pájaros de un tiro?”.

En ese momento, Aino ya no se apoyaba en el abrazo de su padre como lo hacía en la vieja residencia. De hecho, ni siquiera le gustaba llamarlo papá ahora que estaban solos los dos. Incluso se sentía un poco enfadada por alguna razón. Incluso cuando su padre era una persona tan feroz, había tantas mujeres por ahí tratando de atraparlo.

¡Aino odiaba eso!

Cuando Sebastian vio la expresión de disgusto en la cara de la pequeña niña, no sabia si ella quería reír o llorar.

En lugar de responder a Aino, replicó con otra pregunta: “¿Por qué le hiciste eso a Frost?”.

“¡Porque quiere casarse contigo!”, dijo Aino sin dudarlo.

“¿Entonces por qué le pusiste ese sombrero a Selene?”, preguntó Sebastian, a pesar de que ya sabía la respuesta.

“¡Ella también quiere casarse contigo!”, gritó Aino.

“Así que le mentiste a Frost y la inculpaste. ¿Y luego te quedaste atrás y disfrutaste del espectáculo cuando esas dos mujeres empezaron a pelearse?”, preguntó Sebastian con cierto interés.

“¡Ja! ¡La culpa es de ellas por querer casarse contigo! Solo puedes ser de mi madre, ¡nadie más puede llevarte!”- El tono de la pequeña niña fue implacable.

Aunque Sebastian estaba frustrado, consiguió forzar una sonrisa. Luego preguntó fríamente: “¿Así que quieres que tu madre se case conmigo?”.

De repente, Aino se quedó sorprendida.

¿Ella quería que sus padres se casaran?

¿Alguna vez había pensado en eso?

¡Esa pequeña!

Ella realmente era la hija de Sebastian. Dentro de ella estaba el mismo coraje, inteligencia y determinación que él poseía.

Pensando en esto, Sebastian sintió un calor en su corazón. Frotó la cabeza de Aino y sacó su teléfono, antes de marcar un número.

Mientras tanto, Sabrina acababa de completar una entrevista. Había ido muy bien, y los entrevistadores incluso le habían dicho que podría empezar a trabajar en dos o tres días.

Además, el salario era bastante considerable. Aunque Sabrina estaba agradecida con la empresa por haberle dado la oportunidad de trabajar, sabía al mismo tiempo que se debía principalmente al currículum que Sebastian había preparado para ella.

Estaba a punto de salir de la empresa cuando recibió la llamada de Sebastian y contestó inmediatamente: “Hola... ¿Hay algo en lo que pueda ayudarte?”.

Al otro lado de la línea, Sebastian preguntó lentamente: “¿Dónde está el colgante?”.