Castigado por su amor romance Capítulo 332

La voz de Selene sonaba confusa, casi como si tuviera una gigantesca lengua metida en la boca. Probablemente se debía a que el Viejo Amo Shaw la había abofeteado varias veces después de meterse en una pelea con Frost hace un momento.

Sebastian no pudo evitar encontrar gracioso que esa mujer, después de haber recibido una paliza tan fuerte, aún era capaz de disculparse con él.

Mientras escuchaba lo que Selene tenía que decir, Sebastian notó que Aino tiraba de la mano de Sabrina con una sonrisa astuta antes de salir de la habitación junto con ella.

Cuando él se asomó a la puerta, vio que las dos habían ido al comedor.

Entonces le dijo a Selene con impaciencia: “¡Habla si tienes algo que decir!”.

“Joven Amo, mi abuelo no solo me golpeó delante de la familia Ford. Cuando volvimos a casa, también siguió sermoneando. Incluso me hizo arrodillarme en el suelo para arrepentirme. Joven Amo, ahora soy consciente de mis errores”.

“No volveré a pelearme con nadie en público. Como hija de una familia noble, fue un error por mi parte haber hecho algo tan vergonzoso”.

“Nunca me atreveré a hacerlo de nuevo”.

“Por favor… Por favor, perdóneme solo por esta vez”.

Sebastian preguntó en un tono frío, claramente disgustado: “¿Crees que estás equivocada?”.

Aquella mujer podía ser más arrogante que cualquier otra cuando así lo quisiera, tanto que quedaba como una tonta. Sin embargo, cuando se veía obligada a humillarse, se comportaba con tanta inferioridad que ya ni siquiera parecía humana.

¿Una mujer así, intentando casarse con él?

¡Ella podía seguir soñando!

Si no fuera porque el Viejo Amo Shaw la protege, Selene ya habría muerto cientos de veces.

¿Una mujer tan estúpida, sin principios, despreciable y desvergonzada como ella? Su voz era lo último que Sebastian quería escuchar.

¿Cómo podía tener tanto dinero ahorrado?

Definitivamente, ¡había vendido el collar!

Sin embargo, Sebastian se limitó a reírse de las palabras de Selene, antes de colgar la llamada sin dudarlo. Después de eso, marcó inmediatamente otro número.

Mientras tanto, Kingston estaba de vuelta a casa cuando se dio cuenta de la llamada de Sebastian. Por lo que inmediatamente contestó: “Joven Amo, por favor dígame si hay algo que necesite”.

“¿Dónde están las fotos?”, preguntó Sebastián.

“¿Qué fotos?”. Por un momento, Kingston no entendió qué había querido decir con eso.

Sebastian contestó tranquilamente: “Las fotos que Aino te hizo tomar del rostro hinchado de esa mujer cuando estábamos en la vieja residencia”.