Castigado por su amor romance Capítulo 437

Al instante ella se sonrojó como un tomate maduro.

Sin embargo, estaba más que molesta. “¡Fuiste tú! ¡Todo es tu culpa! Tienes que quitarnos toda la ropa cada vez que dormimos. Nos las quitas aunque no hagamos ese tipo de actividad. Yo… ¡Tenía prisa y me había olvidado de todo! ¡Eres tan desagradable!”.

Ella no le dio importancia a nada más, sino que levantó la mano y le quitó la camisa que tenía puesta, pero que aún no se había abotonado. Consiguió quitársela con unos pocos movimientos, y se la puso ella misma inmediatamente. Se abrochó la camisa desordenadamente y salió avergonzada de la habitación.

El hombre se quedó sin palabras.

No la estaba calumniando al decir que era una ladrona.

Ella era realmente adicta a llevar sus camisas.

Parecía que tenía que pedir unas cuantas camisas más en el futuro.

El hombre tomó otra camisa del armario y se la puso. Se puso la corbata, los pantalones y el saco. Cuando salió bien vestido, Sabrina y Aino ya estaban sentadas en la mesa del comedor.

La familia de tres desayunaba como de costumbre. Los que se suponía que debían llevar el maletín, llevaban el maletín, y la que debía llevar la mochila del colegio, la mochila. Bajaron a toda prisa por el ascensor del edificio.

Las dos sirvientas que iban detrás, la Tía Lewis y la Tía Tianna, se miraron y comenzaron a reir.

“Viendo al Joven Amo Sebastian de nuevo ahora, es más y más humano. ¿Cómo era antes? Tenía el rostro tenso todo el día. Ni siquiera me atrevía a hablar con él”.

“Eso es correcto. Desde el regreso de la Señora Ford y la Pequeña Princesa, el Joven Amo Sebastian se ha convertido en un humano común”.

“Siempre había pensado que el Joven Amo Sebastian era un hombre vicioso y cruel. Resultó que cuando estaba con su esposa e hija, también tiene un lado amable”.

La Tía Tianna suspiró y dijo: “Eso fue porque llegaste tarde y no lo sabías. El Joven Amo Sebastian parecía un hombre vicioso y cruel, e incluso toda Ciudad del Sur pensaba que no le importaban las relaciones familiares, pero no era así. Esta persona era aún más afectuosa y justa de corazón”.

“Solía haber una Tía Quinton, que una vez se dedicó a servir a la madre del Joven Amo Sebastian. Después de un año desde que su madre falleció, la Tía Quinton cayó gravemente enferma, y él transfirió de uno a dos millones a la Tía Quinton para su tratamiento”.

“¿De verdad?”. La Tía Lewis miró a la Tía Tiana de forma incrédula.

La Tía Tiana asintió. “¡Por supuesto! El Joven Amo Sebastian es realmente una buena persona”.

Sabrina se quedó sin palabras.

El chofer que iba delante contuvo una carcajada y casi se atragantó. ¿Cómo podía el Amo Sebastian cambiar la forma de dirigirse a su mujer por la de “ladrón” de la noche a la mañana?

¿Qué clase de cosas de ladrón le había hecho la Señora a al Amo Sebastian hasta el punto en que él, que siempre había sido despiadado, se viera obligado a hablar ahora con tanto agravio?

Kingston miró a la Señora con una mirada de admiración.

El tono de Sabrina era aún más suave. “Lo entiendo”.

“¿Qué has entendido?”. Sebastian dejó escapar un frío gruñido.

“Entendí que tú y Nigel son primos políticos. Si ni siquiera permitiera interacciones entre tu y nuestros parientes, ¿entonces tomaste a tu marido como una persona con la misma lógica irracional de ladrón que tú?”.

Sabrina tenía una expresión inconcebible. “¿Estabas de acuerdo en que fuera a trabajar?”.