Castigado por su amor romance Capítulo 480

Sabrina se quedó de pie de forma protectora ante Yvonne con una sonrisa amarga en el rostro.

"Hazlo, lo que te haga feliz. No me escaparé con quien venga a rescatarme. Hazlo".

Sabrina cerró los ojos y se quedó allí, mientras esperaba que Linda atacara.

Muchos de sus colegas que estaban en el lugar no pudieron evitar sentir simpatía por Sabrina ante sus palabras. Era normal que los compañeros tuvieran conflictos entre sí durante el trabajo, eso formaba parte de la dinámica de la oficina.

Pero nunca había habido conflictos tan graves como para justificar una paliza pública con la única intención de destrozar la cara de alguien.

La mayoría de la gente siempre había despreciado el tipo de persona que era Linda, y algunos decidieron marcharse al no poder soportar ver la crueldad que estaba a punto de desplegarse ante ellos.

Linda, por otro lado, solo se había vuelto más malvada. Le molestaba que el Amo Ryan tuviera sus ojos puestos en Sabrina desde el primer día, le molestaba que ella no le señalará el error en su plano a pesar de que lo notó desde el principio y que tuviera las agallas de chantajearla para que le pagara cien mil dólares.

Sobre todo, odiaba cómo una chica de campo como Sabrina, que no era más que una prisionera retenida por el Amo Sebastian, se las arregló para arrastrarse hasta convertirse en su jefa. Puede que sea cruel destrozarle la cara a alguien, pero Linda sabía que tomar la iniciativa de golpear a Sabrina le haría ganar un lugar junto a Emma en la comunidad de élite.

Si tenía éxito, los hombres ricos harían fila para casarse con ella, y quién sabe, incluso podría tener la oportunidad de ganar el corazón del Rey de Ciudad del Sur. Al fin y al cabo, también estaba ayudando a Sebastian a castigar a su prisionera.

Aparentemente satisfecha con su plan, Linda se acercó sin más y el zapato de su mano conectó con la mejilla de Sabrina.

Las lágrimas se deslizaron por su mejilla, haciendo que la herida ardiera aún más. Del otro lado, Linda estaba dispuesta a golpearla de nuevo con una expresión tan feroz que era casi animal.

"¡Detente!". Una voz autoritaria se escuchó desde la entrada.

Linda pensó que se trataba de otro hombre de la oficina que había acudido al rescate de Sabrina y no se molestó en mirar en esa dirección.

"¿Quién de ustedes, idiotas, ha venido ahora a hacerse el héroe para rescatar a la damisela en apuros? Uy, perdón, aquí Sabrina ya casi no cuenta como damisela con esa cara, ¡jajaja!". En medio de su risa enloquecida, apareció una esposa alrededor de su muñeca que sostenía el zapato.