Castigado por su amor romance Capítulo 482

La voz de Emma se escuchó a través de la línea cuando dijo: "Sabrina, no tendré que explicarte qué decir ahora, ¿verdad?".

"¿Cómo obtuviste mi número?", preguntó Sabrina con calma.

"¿Cómo crees?". Emma se rio casualmente. "Tu contacto está en la base de datos de Recursos Humanos, ¿cómo no iba a saberlo? Sé que ahora te están interrogando en la estación de policía. Que dejen en libertad a Linda depende de si estás dispuesta a ser una buena chica".

"Entonces, ¿eliges proteger a Linda o a ti misma?". Sabrina se mantuvo tranquila.

"¿Qué estás tratando de decir?", preguntó Emma con disgusto.

"Quiero decir, si me quemo, me aseguraré de que ardamos juntas".

"¡No te atreverías!".

"Por supuesto que no lo haría". Sabrina sonrió con amargura. "El destino de mi hija está en tus manos, ¡no me atrevería! Pero de lo que debes asegurarte es de que yo solo diga la verdad de lo que la gente vio. Linda fue la que me golpeó, y ¡la policía la vio con sus propios ojos!".

Emma hizo una pausa por un momento, antes de ceder. "¡Bien! ¡Linda es culpable de su estupidez por seguir con los zapatos en sus manos cuando apareció la policía!".

Ya habían revisado su lesión y el médico le proporcionó a Sabrina una compresa para aliviar la hinchazón. Salió de la estación de policía y empezó a caminar sin rumbo fijo.

Sabrina sabía que Emma la perseguiría y que Sebastian le había pedido su aprobación para visitar a la familia Poole en la Ciudad Kidon. Ella dudaba que pudiera sobrevivir un día más. Si estaba destinada a la muerte, le encantaría ver a la Tía Grace una vez más en la otra vida.

Esa tarde, Sabrina se sentó cerca de la residencia en la que vivían con una compresa fría en la mejilla durante más de tres horas. Vio a la Tía Tianna salir cerca de la una en punto, seguida poco después por la Tía Lewis con una cesta en el brazo para hacer las compras. Luego de asegurarse de que todos los sirvientes se habían ido, Sabrina se puso una mascarilla y fue a la casa.

No podía negar que estaba apegada a este lugar que había sido su hogar durante los últimos dos meses y, lo más importante, se había encariñado con la cálida atención que recibió de Sebastian.