Castigado por su amor romance Capítulo 52

Ella necesitaba desesperadamente el dinero en ese momento.

Nigel parecía haber visto a través de ella y dijo con una actitud arrogante: “Lo que te he dado no puede ser más de tres mil dólares. ¿Qué pasa? ¿Tienes miedo de que estuviera tratando de comprar una noche de tu tiempo con eso? ¡Relájate! ¡No estoy interesado en ti! Solo pensé que una campesina como tú era demasiado patética. Considera esto como una obra de caridad. Si realmente no pudieras aceptarlo como es, puedes pagarme devuelta a cuotas en el futuro, cada vez que recibas tu pago’’.

“Gracias”. Las mejillas de Sabrina se sonrojaron cuando sostuvo el dinero en sus manos.

“¡Además! Mi tiempo es demasiado valioso. Deja de hacerme perder mi tiempo. La próxima vez que te diga que te voy a llevar, debes subir al coche inmediatamente”, dijo Nigel con picardía mientras miraba el reflejo de una Sabrina sonrojada desde el espejo retrovisor de su coche.

“Está bien”. Ella asintió obedientemente y se dio vuelta para mirar por la ventana tranquilamente sin decir una palabra más. Sin embargo, ella estaba tratando de mantener a raya las mariposas que sentía en su estómago.

Había vivido adversidades dondequiera que estuviera desde que salió de prisión.

La familia Lynn la despreciaba y conspiraba para su perdición; Sebastian Ford la obligó a hacer lo que no quería con su poder; incluso Marcus Shaw, quien una vez le ofreció su tarjeta de presentación junto con su ayuda, pero fue todo una mentira.

Sin embargo, Nigel era diferente. Él actuaba como si no le importara nada en el mundo y nunca había sido considerado con sus palabras. Cada conversación que compartía con Sabrina era de alguna manera un poco insultante cuando la llamaba ‘campesina’.

No obstante, él fue el hombre que la ayudó a conservar su trabajo y el que la llevó a la ciudad desde la vieja Residencia Ford en la ladera de la montaña. Una vez más, le había tendido una mano al darle miles de dólares para pagar la compensación por la cámara perdida.

Sabrina sintió una sensación cálida que se encendía dentro de ella cuando se dio cuenta de que, aunque Nigel podría no parecerlo, tenía un alma amable. Después de permitirse sumergirse en sus pensamientos, de repente se dio cuenta que Nigel se dirigía en la dirección equivocada.

Él parecía estar llevándola a donde vivía Sebastian cuando ella quería dirigirse hacia el hospital en el que ingresaron a Grace.

“Mm… Amo Nigel”, Sabrina levantó la voz y sonrió tímidamente, “Lo siento, pero yo… yo quería ir al hospital”.