Castigado por su amor romance Capítulo 584

"¡Investiga más a fondo!". La voz de Sebastián se redujo a un estruendo despiadado.

"¡Sí, Amo Sebastian!".

"¡Quiero resultados lo antes posible! ¡Todo lo demás puede esperar!".

"¡Sí, Amo Sebastián!".

Sebastian se quedó pensativo en el último piso después de terminar la llamada, luego finalmente se dirigió a la habitación y se encontró con Sabrina despierta.

Ella aprovechó que se despertó temprano y se tomó el tiempo para realizar una rutina de cuidado de la piel más completa. La marca en su mejilla por el ataque de Linda se estaba curando y ya casi no se notaba. Aplicó una fina capa del aceite sin olor que le había dado Ruth y se sorprendió de lo eficaz que era. Luego aplicó una pequeña cantidad de base y su rostro se iluminó en un instante. Salió del baño y se encontró con Sebastian en bata de baño.

Aunque su maquillaje era tenue y casi no se notaba, Sebastian notó la diferencia de inmediato. Esto demostraba lo sencilla que era la mayor parte del tiempo, que tan poco maquillaje causó una gran diferencia en su belleza seductora.

Sabrina vestía una falda de tul ajustada alrededor de su cintura, resaltando su delgada figura. Sebastian sintió la necesidad de abrazarla, pero en cambio, no dijo nada sobre su atuendo y se fue a su habitación.

Sabrina se sorprendió porque no dijo nada y lo siguió de cerca. Ella no lo hacía por miedo, ya que temerle era algo tan natural como respirar para ella. Solo pensó que aún era temprano y que había mucho tiempo. Sebastian le había pedido que lo ayudara a vestirse antes, ¿le pediría lo mismo hoy?

Al darse cuenta de que ella lo estaba siguiendo a la habitación, se dio vuelta y preguntó en un tono casual: "¿Por qué me sigues?".

En ese momento Sebastian le lanzó una mirada de disgusto.

Sabrina era muy inteligente, por lo que se dio cuenta de la mirada y exclamó a la defensiva: "¿Qu-qué? ¡No me digas que este es un color demasiado brillante para ti también! ¡Este es lo más oscuro que hay en tu armario!".

Sebastian permaneció en silencio por un momento antes de ordenarle: "¡Date prisa y vísteme entonces, o los dos llegaremos tarde!".

"Mm-hm". Ella asintió obedientemente antes de continuar con su tarea.

Ella lo vistió como lo hizo ayer, pero esta vez lo hizo mucho mejor. Una vez que colocó la ropa y la corbata, se estiró para alcanzar el nudo de su corbata, preguntándose si esta vez estaba lo suficientemente ajustada esta vez.