Castigado por su amor romance Capítulo 586

Ruth se sorprendió y saltó hacía adelante. Tanto Sabrina como Yvonne se giraron para ver a una mujer de unos cincuenta años que caminaba rápidamente hacia Ruth.

De inmediato, Ruth se escondió detrás de Yvonne, con la voz temblorosa, al estar al borde de un ataque de nervios. "Mamá, ¿qué haces aquí? Ya pasaron dos días. ¿Cómo puedes seguir enojada conmigo? Estuve a punto de morir de hambre y Yvonne me acogió. Recursos humanos decidió perdonarme y me notificaron para que volviera a trabajar. Ahora recuperé mi trabajo y realmente sé lo equivocada que estaba, ¿no puedes dejarlo ir?".

"¡Tu! ¡Idiota incompetente!", maldijo la mujer.

Ruth se quedó helada ante el lenguaje desagradable que uso la mujer contra ella. "¿Cómo me has llamado, Mamá?".

"¡Te llamé una idiota incompetente! ¡Una idiota desvergonzada! ¡Dame esos productos para la piel!", exclamó furiosamente la mujer.

A pesar de su recelo, Ruth extendió las manos junto con la bolsa que tenía en sus manos hacia la mujer, temblando de miedo. "Mamá, ¿vas a dárselos a mi prima? No lo entiendo, ¿por qué tratas a mi prima mucho mejor que a mí? ¿Es solo porque perdió a sus padres cuando era una niña? Aunque sus padres ya no estén, ella sigue siendo mimada por su tía y el Viejo Amo Shaw, mientras que yo vivo como una sirvienta. Mamá, ¿no te duele ni un poco ver a tu propia hija sufrir así? ¿Te importaría siquiera que te dijera que estuve a punto de ser violada en un callejón oscuro después de que me persiguieras hace dos días?".

En ese mismo momento, Ruth dudó seriamente de ser realmente la hija biológica de sus padres. Miró a la mujer con los ojos muy abiertos y las lágrimas amenazaron con deslizarse por sus mejillas.

La mujer se burló, sin responder a la pregunta de Ruth. Se limitó a arrebatarle la bolsa de las manos y murmuró con suficiencia. "¡Con esto, Mindy podrá utilizar productos de alta gama para la piel aunque no pueda pagarlos!".

Con un nudo en la garganta, Ruth se detuvo un momento antes de que en su devastación, las lágrimas terminaran cayendo. "¿De verdad eres mi madre? ¿Lo eres?".

La mujer miró a Ruth, antes de decir: "Así que has vuelto a trabajar. No está mal. Las tarjetas de crédito de tu prima han sido canceladas, tu sueldo tendrá que ser suficiente para cubrir sus gastos diarios. ¡Ya me voy! No te molestes en venir a casa si no tienes nada importante que decir".