Castigado por su amor romance Capítulo 672

Sabrina no titubeó ante el feroz cuestionamiento del Viejo Amo Shaw. Ella lo miró con calma, pero con una tristeza incomparable en su voz, respondió: "Supongo que el Viejo Amo Shaw tiene algo contra mí, entonces. De lo contrario, no tendría el coraje para ser tan contundente, ¿verdad?".

"¿Supongo que ya sabes lo que tengo sobre ti?", dijo inexpresivo.

"No, no lo sé".

¿Qué podría hacer él para lastimarla? ¡Qué ridículo! Aunque dijera tener pruebas, solo podían ser inventadas. No era la primera vez que alguien intentaba incriminarla por algo que no había hecho, sucedía con tanta frecuencia que Sabrina ya estaba acostumbrada. Como decía la famosa estrella de cine, 'Todo dolor se vuelve tolerable cuando se convierte en un hábito'. A estas alturas, el dolor se había convertido en su fiel compañero.

"¡Sabrina Scott, p*rra! ¡Debo admitir que eres ingeniosa! No solo sometiste los corazones de Nigel Connor y mi nieto, Marcus, ¡por tu culpa ese chico Smith ha desaparecido! Aparte de eso, lograste conquistar el corazón de Sebastian".

"Es nuestra culpa por subestimarte… Sin embargo, los esquemas son solo eso al final del día, Sabrina, no importa lo perfecto que creas que has ejecutado tus planes, ¡Siempre hay cabos sueltos! ¡Aunque Sebastian está bajo tu hechizo, sus padres, su abuelo y yo vemos todo claramente! ¡Tu hechizo no funcionará con nosotros!", gritó el anciano con voz furiosa. Se escuchaba como si hubiera estado conteniendo su ira hacia Sabrina durante mucho tiempo.

Mientras tanto, una pequeña niña con el rostro enrojecido observaba cómo el Viejo Amo Shaw insultaba a su madre. Aino respiraba con dificultad por toda la frustración que sentía. Apoyó las manos en su cadera y apretó los dientes, deseando poder arrancarle la nariz al anciano, cuando de repente, tuvo una idea. Se dio la vuelta y miró a Kingston.

Kingston también estaba furioso por lo que estaba sucediendo. Los últimos meses que había compartido con la Señora Ford y la pequeña princesa lo hicieron darse cuenta de cuánto adoraba a Aino.

Kingston no pudo evitar preocuparse al pensar que ésta sería una experiencia traumática para la pequeña princesa, al ver como el Viejo Amo Shaw trataba a su madre. Sin embargo, al ver los ojos de la pequeña princesa, se dio cuenta de que la situación no la afectaba de la manera que él pensaba.