Castigado por su amor romance Capítulo 729

Cuando la anciana vio por primera vez a Kingston, se asustó al instante.

Sin embargo, luego de escuchar su explicación y el propósito de su investigación, la anciana pudo calmarse.

Cuando Kingston habló de la madre de Sabrina, no pudo evitar compadecerse y derramar una lágrima por ella. "Puede que tuviera un aspecto inculto y careciera de la extravagancia de mi señora, pero me di cuenta de que tenía muy buenos modales. Actuaba con mucha elegancia, como la heredera de una familia rica y poderosa, y también era muy amable conmigo".

"A mi edad, no podía hacer algo tan cruel…".

"... Al darme cuenta de que salvar una vida era mucho más significativo que obtener todas las riquezas del mundo, decidí arriesgar mi trabajo para ayudar a escapar a esa mujer".

"Sin embargo, nunca me puse en contacto con ella después de aquello. Al ser una anciana, no sabía cómo usar un teléfono móvil, ni tampoco podía comprar uno. Como puedes imaginar, nunca tuvimos forma de comunicarnos después de que ella escapó".

"Ah, me pregunto si ella todavía está viva…".

"... En ocasiones he llegado a extrañarla".

"Esa mujer realmente sabía escribir poesía. Mientras estaba encerrada, me dejó recitar una de sus propias obras, fue increíble".

Mientras Kingston escuchaba atentamente el relato de la vieja señora, comenzó a llorar.

Sin embargo, se mostró más optimista gracias a esta historia.

Al fin y al cabo, eso significaba que la madre de Sabrina podía seguir viva.

Sabrina también comenzó a emocionarse cuando Sebastian le contó todo.

Para este punto, sus lágrimas ya habían empapado la camisa de Sebastian. "Sebastian, ¿solo dices esto para consolarme?".

"No", respondió Sebastian con firmeza.

"Sebastian, ¿crees que podré volver a encontrarme con mi madre en esta vida?", preguntó Sabrina con voz afligida.

Mientras tanto, Sebastian también colocó suavemente su mano sobre el rostro de Sabrina, tratando de consolarla.

Después de secarle las lágrimas, la besó en la frente con una mirada cariñosa en sus ojos.

Justo en ese momento, el teléfono de Sebastian sonó. Pensó que podría ser alguien del pueblo que lo llamaba para invitarlo a comer.

Sin embargo, cuando echó un vistazo a la pantalla, se dio cuenta que la llamada provenía de los guardias de seguridad de su casa.

¿Qué podrían querer a esta hora?

Sebastian tomó inmediatamente la llamada y dijo: “¿Hola? ¿Qué sucede?".

En el otro extremo, el jefe de seguridad habló respetuosamente: "Señor... Señor Ford, hay una mujer sin hogar preguntando por usted alrededor de su edificio".

Sebastian se incorporó de repente. "¿Qué dijiste? ¿Una mujer sin hogar?".