Castigado por su amor romance Capítulo 732

Fue Sabrina quien tropezó con la mujer, e incluso le pisó el pie.

Por lo tanto, se disculpó de inmediato: "¡Lo siento, lo siento! ¿Te duele el pie?".

La mujer la miró con rabia, y le habló como si fuera a un animal: "Estás en pijama y estás tan despeinada. ¡¿De dónde vienes?! ¿Viniste a vender tu cuerpo o algo parecido? ¿Alguien como tú piso mi pie? ¿Tienes alguna enfermedad o padecimiento? Ah… ¡Qué asco! ¡Largo de aquí!”.

La mujer se pellizcó la nariz, retrocedió unos pasos, y siguió gritándole a Sabrina: "¡Mujer, aléjate de mí! ¡Qué mal hueles cuando abres la boca! ¡Aléjate de mí! ¡Me da mucho asco!”.

Sabrina frunció las cejas y levantó la vista para mirar a la mujer.

La mujer parecía rondar los treinta años. Tenía el cabello castaño, muy bien cuidado. Sin embargo, su piel estaba un poco bronceada, posiblemente por el clima. El clima del lugar era seco y había mucha arena, por lo que los que permanecían en la zona durante mucho tiempo solían padecer de problemas en la piel.

Sin embargo, Sabrina era una excepción.

La piel de Sabrina era como la de su madre, siempre fue suave y blanca como la leche. En su juventud, los demás la llamaban ‘niña b*starda’ y ‘niña ilegítima’ debido a su piel. Su piel no era como la de una persona del lugar, parecía una mujer descendiente de un clima más frío.

La mujer frente a ella tenía la piel de un verdadero nativo, oscura y áspera.

Sin embargo, Sabrina pudo notar que ella se cuidaba muy bien. Tenía un maquillaje muy bonito y parecía una persona rica. Además, vestía un fino abrigo de cachemir y botas de tacón hechas de piel de cordero. El atuendo era moderno y elegante, del tipo que podrías usar internacionalmente.

Sabrina concluyó que era se trataba de una mujer adinerada del condado.

Ya había conocido a muchas mujeres malhabladas y desagradables antes, por lo que no pensó demasiado en la que tenía delante.

Además, solo vino a buscar los restos de su padre. No quería causar más problemas. Sebastian era un hombre muy ocupado. No podía perder más tiempo aquí.

Sabrina volvió a decir con sinceridad: "Lo siento, podría acompañarte al hospital si lastime tu pie. Si arruiné tus zapatos, también podría acompañarte para cambiarlos, así que, por favor, te pido que seas más cortés al hablar conmigo".