Sabrina entrecerró los ojos con desprecio. La mujer palideció de miedo y continuó explicando frenéticamente: "Es que... Bueno, los padres de su amiga realmente nos pidieron prestado un millón de dólares. Dijeron que necesitaban el dinero para su otra hija, que estaba enferma y necesitaba un tratamiento para sobrevivir. Dijeron que me enviaban a la otra hija y que no les importaba que la vendiera mientras estuviera viva. Solo hice esto porque no podían devolverme el dinero. No es que pueda dar un millón de dólares así como así, ¿me entiende? Es por eso que...".
"Entiendo". Sabrina se negó a mirar a la mujer y apretó los brazos alrededor de Ruth.
"Por favor, tenga piedad de nosotros", suplicó la mujer.
"¡Ropa!". Sabrina volvió a gritar.
"¡Haré que se apresuren!".
En muy poco tiempo, la mujer regresó con dos enormes bolsas de ropa.
"¡Baño!".
La mujer se apresuró a llevar a Sabrina y a Ruth al baño.
"Ruth, báñate y ponte algo de ropa. Te llevaré a casa".
"Gracias, Sabrina. Muchas gracias", dijo Ruth entre sollozos y lágrimas. Sabrina la llevó a bañarse.
Ella se quedó fuera y recorrió con la mirada el lugar, al mismo tiempo que la mujer que estaba a cargo se había quedado temblando en una esquina. Seguía a Sabrina a donde fuera, su comportamiento no se asemejaba al de la jefa prepotente de la mafia que era hace unos momentos.
"Tiene una hermana, ¿no?", preguntó Sabrina.
Comentários
Os comentários dos leitores sobre o romance: Castigado por su amor