Castigado por su amor romance Capítulo 796

Mindy miró en dirección a aquella voz. Los que entraban por la puerta eran Sabrina y Sebastian.

Detrás de ellos, Yvonne sostenía las manos de una pequeña niña, Aino.

‘¿Por qué están aquí?’

El Viejo Amo Shaw solo quería crear una ocasión para que Mindy y Ryan pudieran acercarse. Nunca pretendió invitar a nadie más.

Cuando vio que Sabrina y Sebastian habían llegado, el Viejo Amo Shaw se puso, obviamente, muy molesto.

Sin embargo, a Sabrina no le importó en absoluto.

Se aferró al brazo de su esposo, se acercó lentamente a Mindy y le dijo con expresión seria: "Mindy, mira quién está en la puerta".

Mindy volvió la cabeza y vio a una mujer de pie en la puerta.

La mujer tenía unos cuarenta años. Tenía grandes rizos ondulados en su cabeza y un aura de mujer que llevaba una vida de libertinajes.

Era ella.

La jefa de aquel turbio hostal.

Mindy se obligó a mostrarse calmada y le preguntó a Sabrina: "¿Por qué trajiste a esa mujer aquí?".

"¡Para que cobre lo que le deben!", respondió Sabrina sin dudarlo.

"¿Qué quieres decir?", preguntó Mindy.

"Mindy, el vestido que llevas vale más de ochocientos mil dólares, y el bolso que tienes en tu mano, más de cien mil. ¿De dónde sacaste tanto dinero?", preguntó Sabrina.

Mindy se quedó sin palabras.

"¿De dónde salió?". Sabrina interrogó a Mindy con firmeza.

En ese momento, Sabrina miró hacia atrás y llamó a la mujer en la puerta. "¡Entra!".

La mujer entró obedientemente. Ella tenía cierto estatus social en el bajo mundo. De lo contrario, no hubiera sido lo suficientemente rica como para prestarle al Señor y a la Señora Mann un millón de dólares de un solo golpe. Sin embargo, en una casa como la de los Shaw, especialmente en presencia del Rey de Ciudad del Sur, Sebastian, las piernas de la mujer se habían vuelto temblorosas desde hacía tiempo.

Ella realmente quería huir, pero sabía que hoy no podía.

Se puso al frente de Mindy, temblando. "Señorita Mann, usted, su tía y su tío... Los tres me pidieron prestado un millón de dólares. Dijeron que me los devolverían en tres días. ¿Puedo saber cuándo me lo van a devolver?".

"¡Estás mintiendo!". Mindy levantó el pie y pateó a la mujer.

La mujer dijo: "¡Señorita Mann, no puede negarlo! Tengo un audio grabado. También tengo un vídeo en el que usted me pide dinero prestado. Tengo las pruebas. Aunque no me devuelva el dinero con intereses, ¡tiene que devolverme el capital!".

"¡No fui yo! ¡Fue ella!". Mindy señaló inmediatamente a Ruth. "Fue ella. ¡Fue ella y sus padres quienes te pidieron dinero prestado! ¡No fui yo! Son sus padres los que querían pedirte dinero prestado, y yo solo los acompañé hasta allí. ¿Por qué me los pides a mí?".

En ese momento, Mindy solo podía argumentar irracionalmente.