Castigado por su amor romance Capítulo 830

"¿Qué estamos haciendo?", se burló una voz masculina que desconocía. "¿Sabes cómo tu empresa obtuvo un proyecto tan grande?".

Sabrina, que tenía la cabeza cubierta, solo vio la oscuridad ante sus ojos.

Sin embargo, su rostro se mantuvo inexpresivo durante un largo rato por la sorpresa.

En su perplejidad, su boca había sido tapada, y estaba atada con las piernas dobladas.

En esta situación incomparablemente dolorosa, Sabrina fue encerrada en una maleta grande. A pesar de todo, como estaba increíblemente lúcida, se dio cuenta de que estaba dentro de una maleta y que estaba siendo arrastrada fuera de la habitación para esperar el ascensor.

Incluso podía oír la voz de Ruth. "Qué raro, ¿quién exactamente nos está buscando? ¿No son ustedes?".

El colega que la acompañaba se ri y dijo: "Nuestras habitaciones no están muy lejos. Si quisiera encontrarte, podría ir directamente a tu habitación. ¿Segura que no es el Amo Ryan que quería darte una sorpresa?".

Ruth negó con la cabeza. "Llamé a Ryan, y sigue en Ciudad del Sur. Oye, ¿y Sabrina? ¿Has visto a Sabrina?".

"No...".

"Dios, ¿dónde está Sabrina? Estaba aquí hace un momento", preguntó Ruth, bastante sorprendida.

Lo que se escuchó a continuación fue la voz de William. "Ruth, creo que es mejor que dejes de buscar a Sabrina. Ahora lo entiendo. La persona que llamó a tu teléfono y te pidió que bajaras no fue tu prometido, el Amo Ryan. Debe ser la gente del Amo Sebastian. Sabrina está aquí en un viaje de negocios, así que tal vez el Amo Sebastian también está aquí. Por fin puedo ver que hasta el sol y la luna son testigos del amor del Amo Sebastian por Sabrina".

"Supongo que en este momento deben estar disfrutando de su tiempo juntos. Ruth, aunque tu relación con Sabrina es muy buena, tampoco puedes molestarlos así".

Ruth sonrió tímidamente al instante. "Yo... no me atrevería. También conozco el temperamento del Amo Sebastian, así que no podría. En un principio quería ver a Sabrina hacer los diseños esta noche, pero ahora solo puedo ayudarlos con trabajos triviales, así que no me rechacen...".

Sabrina, que estaba atada y encerrada en la maleta esperando el ascensor, se quedó sin palabras.

Quería gritar para decirles que estaba justo al lado de ellos.

Sin embargo, no podía emitir ningún sonido.

Apenas podia respirar.

Solo quería que su hija y su esposo estuvieran sanos y salvos.

La estuvieron arrastrando tiempo, pero mientras pensaba en su esposo e hija, no sintió mucho la incomodidad de estar atada y encogida. Ni siquiera se enteró cuando la subieron en el maletero de un coche.

El coche manejó durante mucho, mucho tiempo.

Parecieron haber pasado unas cuatro horas.

Se acercaba la noche y el coche se detuvo.

La maleta en la que estaba Sabrina fue sacada del maletero, y fue arrastrada nuevamente para luego girar a la izquierda y a la derecha, y con algunos giros más. Después de un sin fin de giros, la maleta finalmente se detuvo.

Sabrina oyó el sonido de una cremallera que se abría.

Inmediatamente, la maleta fue abierta y le quitaron el gorro negro que llevaba en la cabeza.