Castigado por su amor romance Capítulo 84

Jade, que estaba a su lado, también tenía una mirada de intenso odio cuando golpeó a su esposo en su hombro. "Lincoln, ¿no hablaste con ella ayer?".

La expresión de Lincoln era oscura, sus ojos estaban tan llenos de odio que parecía que deseaba matar a Sabrina con solo una mirada. “Lo hice, y esa chica malvada realmente me desafió. ¡Parece que ya dejó de ser tan débil ahora que tiene a Sebastian para apoyarla!".

"¡Si tuviéramos a esa mujer en nuestras manos, Sabrina estaría obligada a arrodillarse ante nosotros!". Jade habló con los dientes apretados mientras le preguntaba a Lincoln: "Gastaste tanto dinero para que esos detectives privados investiguen el paradero de esa mujer, ¿han obtenido alguna pista?".

Lincoln solo pudo suspirar.

Él no respondió, pero Jade y Selene pudieron deducir por su tono que no parecía haber mucha esperanza.

Al ver las miradas de dolor y odio de su esposa e hija, Lincoln sintió una punzada de culpa e ira. “Definitivamente necesitamos encontrar a esa mujer. No importa cuánto tenga que gastar, la encontraré y la traeré de vuelta. Sin embargo, antes de encontrarla, primero debemos protegernos. Selene tiene que casarse con Sebastian y convertirse en la esposa del hombre más poderoso de Ciudad del Sur... ¡Tienes que hacerlo!".

Selene se secó las lágrimas. "Padre...".

"¡Selene, encontraré una manera!". La mirada malvada de Lincoln se enfocó en Sabrina con ira.

A lo lejos, Sabrina se estremeció ante la sección de prueba de mujeres.

"¿Qué pasa?", preguntó Sebastian.

“Esta ropa puede que sea demasiado delgada. Ya es casi invierno, por lo que puede que no puedan cubrirme mucho del frío, no son muy adecuados”, respondió amablemente. Al observar la gran cantidad de bolsas que descansaban sobre el mostrador, continuó: “Ya hemos comprado unas dos docenas de conjuntos de ropa, deberíamos parar. Más ropa sería un desperdicio".

Desde que era pequeña, Sabrina nunca antes había gastado tanto dinero. De repente, comprar tanta ropa, sobre todo teniendo en cuenta que todas eran de marcas de lujo, hizo que ella se sintiera avergonzada por el exceso.

"Si no hay más que te gusten, podemos detenernos", dijo el hombre.

"Es suficiente para mi".

"Vamos a casa".