Castigado por su amor romance Capítulo 841

“¡Eres demasiado inteligente! ¡Sabrina, eres demasiado inteligente!”.

Sabrina dijo casi burlándose: “Entonces, ya no podré irme, ¿verdad? Descubrí tu túnel de escape, así que harás que me maten, ¿cierto?”.

Holden no dijo nada y se limitó a llevar a Sabrina dentro de la mansión.

El interior de la mansión era realmente grandioso y muy extravagante.

Tal cual como dijo Holden. Había un médico privado en la mansión. Cuando lo vio cargando a una mujer, que tenía la cara hinchada como una gran rebanada de pan, los labios ensangrentados y el cabello desaliñado, el médico preguntó al instante: "Amo, ¿qué?".

“Toma las bolsas de hielo y aplica compresas frías en su cara. Revisa si tiene alguna herida interna, y aplícale la mejor medicina en las heridas de su piel y cabeza”. Holden ni siquiera miró al médico, tan solo le dio la orden con una expresión fría.

El médico de cabecera dijo con el mayor respeto: “¡Sí, Amo!”.

Holden recostó a Sabrina en el sofá y el doctor comenzó a examinarla.

Primero le cubrió la cara con compresas de hielo. Cuando colocó las dos bolsas de hielo en las mejillas de Sabrina, se sintió más cómoda al instante e incluso su mente se despejó.

El médico le aplicó un medicamento refrescante en la cara que redujo la hinchazón de inmediato.

Eran las dos de la mañana cuando el médico terminó de hacer su trabajo.

Holden llevó a Sabrina a una habitación. La dejó sobre la cama y dijo: “Descansa bien esta noche. Cuando despiertes y tus heridas hayan mejorado, hablaremos nuevamente”.

Sabrina se había quedado sin palabras.

Este trato era demasiado bueno para ser verdad, ¿no?

¿Él estaba tratando de persuadir para bajar la guardia?

¡Sabrina no se preocupó! Debía descansar. Cuando se despertara tendría la energía para pensar en cómo escapar.

Ella durmió toda la noche. Cuando se despertó por la mañana, sintió que la hinchazón de sus mejillas se había reducido. Ni siquiera tuvo tiempo de mirar el diseño de la habitación, pues rápidamente fue a mirarse la cara frente al espejo.

Por otro lado, ¿qué hay de ella?

A pesar de que se había peinado bruscamente un par de veces y se había hecho un moño en la habitación, tuvo que recogerse el cabello con su propio cabello porque estaba desesperada, y no tenía elásticos, ni cintas.

Bajó las escaleras y su cabello se había soltado nuevamente, con muchos mechones desordenados sobre sus mejillas.

Aunque sus mejillas ya no estaban hinchadas, aún tenía manchas verdes y rojas en la cara. Su rostro también estaba sin maquillaje. Por lo tanto, de un vistazo, parecía un pequeño gato atigrado con la cara sucia por jugar afuera.

Además, el suéter casual blanco que vestía estaba un poco sucio, y sus ojos negros brillantes e inquietos tenían una mirada perdida.

Sabrina se quedó frente al hombre de traje. Parecía una estudiante de secundaria que hizo algo mal y se enfrentó a su profesor, tío o algo así.

El hombre sentado en el sofá se quedó sorprendido con su mirada.

“Quiero tener una conversación apropiada contigo sobre nuestro futuro juntos”, dijo el hombre con calma a Sabrina.