Castigado por su amor romance Capítulo 865

'Yo... normalmente no lloro, ¿de acuerdo? ¡No había llorado tanto y durante tanto tiempo desde que era una niña! ¡Qué mala pasada!', pensó Sabrina, pero no dijo nada.

Solo frunció los labios y levantó su mirada llena de lágrimas para mirar a toda la gente con buenos modales. "Lamento que hayan tenido que ver eso".

Después de hablar, se inclinó ligeramente hacia el grupo de ejecutivos. Era muy educada y, a pesar de estar llorando, fue capaz de mantener la sensibilidad que debía. Los ejecutivos se mostraron más empáticos con Sabrina. Todos sonreían sinceramente.

Sus sonrisas hicieron que Sabrina se sintiera un poco más tranquila. Miró a Sebastian. "Sebastian, no me mientas... ¿de verdad estarás bien en Isla Estrella esta vez?".

Sebastian se burló. "¿Qué piensas? ¿Estás menospreciando a tu esposo? ¿Qué es la Isla Estrella para mí? Una vez arriesgué mi vida para atravesar el fuego y el agua, pero eso fue hace quince años, cuando solo tenía veinte. Ahora, que tengo una hija y una esposa, ya no hago ese tipo de cosas. La razón por la que decidí que los conocieras aquí hoy fue para calmar tus nervios. De lo contrario, si te llevo a la empresa para que los conozcas allí por primera vez, ¿no estarías tan nerviosa que te esconderías en mis brazos?".

Al escuchar a Sebastian decir esto, Sabrina se sonrojó al instante.

Arrugó la nariz con vergüenza. "¿Por qué insistes en que los conozca entonces?".

"¿Quieres esconderte?", preguntó Sebastian.

"¿Qué?", preguntó Sabrina.

"¡Eres la esposa del director del Grupo Ford! En el futuro, siempre que el grupo tenga algún evento importante o grandes eventos para las festividades, como esposa del director, tendrás que ir también. Incluso cuando la empresa firme contratos para tener una relación a largo plazo con grandes empresas multinacionales, debemos ir juntos como matrimonio. De esta manera, la credibilidad será aún mayor. ¿Crees que ser la esposa del director es tan sencillo como pasear y hacerse las uñas?".

Sabrina realmente tenía mucha confianza en el tiro al blanco. Antes, tenía buenos resultados y su vista también era extraordinariamente buena.

"Bueno, ¿por qué no lo intentas?", sugirió Sebastian. Mientras decía esto, Kingston le entregó una pistola de aire. Sabrina no necesitaba que él le enseñara a usarla, pues ya estaba familiarizada con ella. Además, estaba deseando lucirse delante de su esposo. Se limitó a sostener la pistola, apuntar al blanco y disparar varias veces sin moverse. En el otro extremo, Kingston ya había empezado a correr para echar un vistazo.

"No es un mal resultado, ¿verdad, Asistente Yates?", gritó Sabrina.

Kingston se quedó sin palabras.